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Los primeros rayos de sol ingresaron a la habitación, traspasando las pequeñas aberturas que dejaban las cortinas, dandole justo en los ojos a Garp. El hombre gimio, sentándose lentamente en la cama, una de sus manos yendo inconscientemente a su pecho para evitar que el pequeño inquilino que estaba durmiendo allí se cayera. Bostezo algo adormilado bastante tentado a seguir durmiendo, pero para su desgracia debia aprovechar lo que mas podia esos días para comenzar la remodelación de su nueva casa.

Miro a Ace, sonriendo con cariño al verlo dormir completamente aplastado contra su pecho –Es un dormilón– penso, con una risita silenciosa –¿Heredara la narcolepsia familiar?– se pregunto a si mismo, varios en su familia tenian un leve cado de narcolepsia, siendo el de Rouge el peor. Garp bufo, recordando los sustos que pegaba la mujer cuando caía dormida en cualquier lugar y en cualquier momento.

Espero que no sea tan malo como el de ella– el hombre hizo una mueca, mientras con mucho cuidado recostaba al pequeño bebé en la cama, poniendo algunas almohadas a su alrededor, mas que nada para poder calmar su propia cabeza de que no había manera de que el menor de cayera de la cama.

Garp sonrio, su gran dedo acariciando con cariño una de las mejillas del bebé, notando que la piel ahora era un poco mas clarita con las pequeñas pecas resaltando en sus mejillas y nariz. Solto un suspiro, mirando de reojo el reloj que habia en la mesita de luz al lado de la cama.

Son las seis de la mañana...– el ex marine se levanta de la cama, estirándose hasta poder deleitarse con el ligero crack que hizo su espalda –...Bien, a comenzar el día– se acerco al armario sacando un pantalón de buso, poco dispuesto a volver usar los incómodos pantalones del uniforme marine.

Una vez vestido con una remera blanca ceñida al cuerpo y un pantalón de buso suelto, el hombre salió de la pequeña habitación que Makino le dio hasta que terminara de construir la casa. Era pequeña y sencilla, teniendo una cama, una mesa de luz, un escritorio, un armario y una ventana solamente, pero aun asi, era suficiente para el y el pequeño. Bajo de manera silenciosa las escaleras, no queriendo despertar a Makino.

Bostezo mientras terminaba de bajar, disfrutando de lo silencioso que estaba el bar en ese momento. Camino con familiaridad preparándose un café para poder terminar de despertarse, repasando en su cabeza la cantidad de madera que debia talar para comenzar a hacer las nuevas guias de las paredes. Llevaba dos días desde que comenzo la remodelación de la casa, saco el techo y tiro abajo todas las paredes, teniendo que hacer varios viajes hasta la Terminal grey para poder sacar la madera podrida y los ladrillos rotos del camino.

Estaba terminando el café cuando lo oyó, unos familiares grasnidos viniendo del cielo, alzo una ceja sabiendo que era demasiado temprano como para que el News Coo ya estuviera repartiendo el periódico.
Una idea llego fugazmente a su cabeza, abriendo los ojos realización.

–Una noticia lo suficientemente grande como para que Morgans no pudiera esperar al horario normal– salio a pasos rápidos del bar, observando con una sonrisa el periódico que habia en el suelo a unos pasos de él. Se acerco lentamente, abriendo y sin sorprenderse de ver su rostro en primera plana –Tardo mas de lo que esperaba, Sengoku realmente no queria qur nadie de enterara– dijo curioso de lo que ese estupido y muy metiche pájaro podria haber escrito. Esperaba varias cosas pero sin duda no lo que leyo, no pudiendo evitar la sonora carcajada que salió de lo mas profundo de su interior.

Buen Abuelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora