–Estupido reloj mental...– Garp se quejo mientras se removía de un lado a otro en la cama. Despues de girar hacia la derecha y la izquierda por veinte minutos, decidió que no volvería a dormir –...Maldicion...supongo que los viejos hábitos no se olvidan con rapidez– dijo, pasando una mano por su rostro, en un intento de desaparecer el sueño que aun residía en si. Miro hacia un costado de su cama, en específico a la cuna que estaba junto a su cama. Ace, a diferencia de él, estaba profundamente dormido, abrazando un peluche de pantera que le regalo Makino. –Suertudo– el ex marine no necesitó ver su despertador para saber que hora era. Desde que tenia veinte años se despierta a las cinco de la mañana en punto, estúpido horario marino. Garp apoyo su rostro en su mano, sus ojos recorriendo al pequeño bebé.
–Supongo que es hora de comenzar el día– sin ganas, se levanto de la cama y se preparo para hacer algo de ejercicio. Sabiendo que Ace no se despertaría hasta las nueve de la mañana, se dedicaría a entrenar, puede que ya no sea marine pero aun quiere mantenerse en forma. Vestido de manera comoda, a pesar de que ya hayan pasado cinco meses desde que dejo la marine, aun no se acostumbra a no vestir de traje, se aseguro de que todo estuviera seguro y Ace aun dormido por completo, y salio de su hogar hacia el bosque, dispuesto a luchar con algunas de las bestias de por alli.
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Eran cerca de las ocho de la mañana cuando Garp volvio a su casa. Como ha hecho desde que se mudo allí, subio y bajo la montaña unas cincuenta veces, ademas de nadar unos treinta metros alrededor de la playa que hay al otro lado del bosque. Lucho contra el señor del bosque y también caso a algunos animales para el almuerzo. Sabiendo que en una hora su pequeño diablillo se despertaría, se apresuro a guardar la carne de los animales y bañarse.
Tal como predijo, a las nueve de la mañana, desde la pequeña cuna de caoba a un lado de su cama, se empezaron a escuchar quejidos y pequeños arrullos, avisando de que el pequeño bebé ya estaba despierto.
–Hey Acey~– Garp se asomo sobre la cuna, sonriendo ante el aspecto somnoliento del bebé, quien solto una carcajada al ver el rostro de su abuelo y alzo los brazos hacia él –A ver, vamos mi pequeño diablillo– teniendo cuidado de no destruir la cuna, el mayor tomo al bebe y lo recosto contra su pecho –Vamos a cambiar ese pañal y a desayunar, ¿Te parece un buen plan Ace-chan?– miro de reojo al bebe pecoso, quien como respuesta solo solto un arrullo y aplasto su mejilla contra el ancho hombro de Garp –¡BAWHAHA! ¡Seguro que parece bien para ti!–
El de pelo entrecano camino escaleras abajo, dirigiendose a su comedor/cocina. Se aseguro de que la sillita de Ace estuviera bien antes de sentar allí al bebé quien inmediatamente se acomodo y comenzo a golpear la mesa –Je, pequeño alborotador– golpeo la naricita de Ace con su nudillo, ganandose un grito feliz –Ire a hacer tu pure, según la vieja de Kureha ya estas listo para comenzar tu alimentación complementaria– el ex marin entro a la zona de la cocina, sacando una botella de vidrio con leche fresca y una banana –Sabes Ace, Dragón tenia varias comidas que no le gustaban. Por ejemplo; la calabaza nunca fue algo de su gusto por la textura de la pulpa, o el color de la remolacha siempre le causo inseguridad.– Garp conto con una sonrisa mientras pelaba y cortaba la banana en pedazos –Makino no, ella comio lo primero que le pusieran enfrente, y cuidado si eras tu– una risa surgio de lo profundo de su garganta, sin poder evitarlo. Recordar a sus hijos cuando eran bebés siempre le traían buenos sentimientos, sentimientos calidos y que calentaban sus huesos.
Termino de pisar la banana y mezclarla con un poco de la leche, tomo el pote donde lo hizo y una cuchara de plastico. Sonrio mientras se acercaba a Ace con la comida y el bebé comenzo a golpear con mas fuerza la mesa y soltaba chillidos de felicidad –Si, si, aqui esta tu comida gloton– acomoda con una mano una silla frente a la sillita de comer de Ace, y se acomoda en ella. –A ver Ace-chan– toma con la cuchara un poco del pure y hace una voz chillona –Di 'ahhh'–