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Lucerys alzó una ceja después de oír la explicación de Aemond, seguidamente se colocó mejor en la cama.

- No, de ninguna manera ¿De verdad te piensas que voy a aceptar?- Lucerys habló por vez primera con ese deje de arrogancia en la voz, cosa que nunca hacía; Aemond suspiró.

- Tu no aguantarías en un lugar como ese ¿No?- murmuró Aegon; El rubio se caminó por la habitación como si fuese de su propiedad, Lucerys quería levantarse y escupirle.-De seguro nunca has visto a una mujer desnuda, te asustarías si lo haces...- presionó.

Lucerys tenía clara su posición, de ninguna forma aceptaría tal propuesta, sobre todo cuando sus tíos tan solo querían burlarse de el, pero, joder ¿Iba a dejar que le dijesen mojigato a la cara? Lucerys nunca había visto a una mujer desnuda, pero no era inocente y sabía de las partes femeninas y lo que era el sexo, pero no tenía ni la mínima idea de como tocar a una mujer, siquiera el sabía como darse placer a a sí mismo, Lucerys se sentía patético por ello ¿Qué chico en toda la ciudadela no había visto a una mujer desnuda aún?

Aegon se burló durante varios minutos de Lucerys, diciéndole mojigato, santurrón, hasta que Luke tuvo suficiente y aceptó ir, ya se habían burlado de el bastante, si iba al burdel tal vez las burlas disminuyan, así demostraría ser "un hombre de verdad"

Los hermanos de cabello plateado esperaron a que Lucerys se cambiase; Luke se puso la misma camiseta de seda que portaba para dormir, pero con unos pantalones marrones y encima una capa negra para cubrir su rostro, ambos hermanos le miraron extrañados, los dos pensaban que Lucerys se iba a arrepentir.

-¿Ibas en serio? Pensé que te negarías...- murmuró Aegon, Lucerys rodó los ojos.

Para salir a las afueras no se arriesgaron a ir por el camino normal del castillo, un guarda les vería y todo el plan se iría a la mierda, por lo que se metieron en los pasadizos que contaba el castillo, pasadizos que Aegon había memorizado mejor que el propio creador, el Targaryen los utilizaba millares de veces para escabullirse.

Lucerys se sintió extraño, había salido del castillo, cosa que tenía sumamente prohibida y sabía de los peligros que acechaban a las afueras, podían secuestrarle o hacerle cosas inimaginablemente peores, pero por muy extraño que fuese...Se sentía bien, era divertido estar afuera y saber que estaba haciendo algo mal, era un pensamiento estúpido (un pensamiento que tendría alguien como Aegon), pero no podía evitar sentir adrenalina de ser descubierto. Tal vez eso fuese una nueva faceta del santurrón principito.

Lucerys se estremeció nada más entrar por las sucias calles de burdeles, por los alrededores habían personas fornicando de maneras vulgares y asquerosas, había un hombre de cabello canoso apareándose con una jovencita de apenas 15 años (según Lucerys), siquiera había entrado al burdel y ya había visto a mujeres haciendo orales y hombres teniendo sexo con niñas, pero sin duda alguna el establecimiento era mil veces peor que las afueras, en su interior millones de mujeres yacían con hombres o incluso con otras putas, fetiches retorcidos y morbosos, todo tipo de placer era legal en aquel sitio, ahora ya entendía lo que le había advertido su madre, aquel lugar era asqueroso y vulgar.

En menos de un instante Aegon ya tenía copa en mano y millones de putas bailaban a su alrededor, una se restregaba sobre su muslo "asqueroso" pensó el castaño, Aemond curvo una leve sonrisa al notar la mueca de disgusto de su sobrino. 

Lucerys decidió irse a una parte en la que ninguna furcia fuese a acercarse a el, sinceramente no entraba en sus planes acostarse con una mujer que había tenido dentro a medio reino, Luke no entendía que era lo divertido de ese lugar, era solo mujeres desnudas y sexo, pero no había intimidad ¿La intimidad no es lo importante en el sexo? Luke estaba confundido, pero había alguien muchísimo más confundido en ese instante.

Out Of The Woods | LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora