Out Of The Woods | Lucemond

09

Trago saliva y no puedo moverme, pero necesito hacer algo, necesito tapar la puñetera erección que mis pantalones cubren.

-¿No dices nada? Vamos, quiero oírte quejarte.- levanto mis ojos y me encuentro con el suyo.

De seguro estoy sonrojado, basándome en la curvatura de la sonrisa de Aemond.

-No creo que te sea conveniente juzgarme por mi extraño gusto...- por fin hablo y el rostro de mi tío me escanea aún más profundo.- Yo no fui el que inició el beso, yo solo seguí algo que tú comenzaste.- apunto con el dedo a su pecho, pues ahora hay apenas espacio entre nosotros.

-¿Insinúas algo?

- Sí, que eres igual que yo...- entonces me agarró de su ropa, me coloco de puntillas y le doy un beso en los labios. Beso que el acepta.

Sus grandes manos se agarran de mis caderas y me pegan a él, no puedo evitar gemir y el me mira para poder burlarse, pero ahora todo me da igual, ahora que siento su lengua en mi boca todo me importa un bledo.

Entonces me empuja y yo caigo contra el césped.

-La próxima vez no lo hagas en un sitio público, puto bastardo.- y se marcha.

¿Próxima vez? ¿Qué demonios está sucediendo?

Me dejo caer en el césped y suspiro.

¿Voy a morirme?

Es la única frase que mi mente puede formular.

Estiro los dedos y acarició la hierva verde del suelo, poco a poco mi pecho vuelve a subir y bajar de una manera regular y calmada.

-¿Luke?- Jace aparece con dos copas en la mano, se acerca a mi y me mira durante un rato prolongado.

-Claro, solo estaba tomando un poco de aire. Tanta gente me marea.- Mi voz salió calmada, pero aún así Jacaerys no parecía muy contento con mi respuesta.

Así que le di una velada para que se creyese que todo estaba en orden.

Durante el resto de la velada me la pase riendo y bailando, la mayor parte del tiempo bailaba con Rhaena, pero en ciertas ocasiones lo hice con Baela; lo mejor de todo fue que, pese a mis nervios la diversión me ayudó a relajarme e incluso olvidarme.

Pero aún así me sentía extraño y de vez en cuando miraba a Aemond, el no parecía extrañado y actuaba de formal normal ante los ojos de los demás.

Lo más seguro es que yo tan solo fuese un peón en su tablero; una presa que intenta escapar del bosque de tormentas y dolor que es Aemond.

Me está utilizando.

Necesito un segundo para procesar toda la información, mi cabeza me va a explotar y de no ser por la voz de Rhaena me hubiese desmayado ahí mismo.

-¿Necesitas algo?- Escucho el tono de Rhaena, pero es simplemente un echo ensordecedor, entonces unos dedos fríos se posan en mi hombro.

Abro los ojos y le veo; Aemond me está sujetando con fuerza.

- Le acompañaré a su habitación. Vosotros podéis quedaros aquí, de seguro solo está cansado.- Trato de buscar la burla, pero no encuentro ni una pizca de ella en su voz.

- ¿Luke? ¿Quieres que Aemond te lleve?- reconozco que esa es la voz de Jace.

Yo simplemente asiento con la cabeza.

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Me siento en la cama y gracias a la oscuridad me encuentro valiente para mirar a Aemond; su rostro refleja la misma calma de siempre.