Faltan solo dos días para mi cumpleaños y tengo que comprarme algo lindo. En mi vestidor tengo algunos modelos que estarían a la altura, pero con todo lo que soy últimamente, necesito subir mi autoestima; un día de shopping puede resultar. Mis ánimos no han estado en su máximo esplendor y conozco los motivos, por más que intente no mencionarlos o siquiera pensar en ellos; pero ahí están.
«Maldita la hora en la que me dejé llevar por mis más calientes deseos», resoplo con irritación.
Pero no hay nada que hacer con eso, lo hecho, hecho está y ahora, debo cargar con las consecuencias. Por más que mi cuerpo se encienda con el recuerdo y las palabras de Maddie se repitan en mi cabeza, debo pensar bien en cómo tratar el tema. No es un secreto que me quedé con las ganas, aunque las reprima con todas mis fuerzas, sin embargo, no puedo dar una imagen que me deje en evidencia ante él. Cuando tenga todo planificado, iré a su encuentro y le haré alguna propuesta, una que lo dejará con la boca abierta, si es que supe interpretar sus reacciones de la forma correcta.
Salgo de la residencia para encontrarme con mis amigas, quedamos de vernos en una cafetería que acostumbramos a visitar en ocasiones. Decidí ponerme un sencillo vestido para no pasar trabajo mientras me pruebo lo que compraré y unos tenis bajos para no cansar mis pies; este día será largo. Voy caminando por la acera, atravesando las principales avenidas de la ciudad, cuando un auto se detiene a mi lado. Al principio, no hago caso, porque para nada espero que sea yo el motivo de su parada; pero cuando el claxon suena y gritan mi nombre, volteo a ver un auto lujoso con un sexy chico al volante.
—¿Connor? —pregunto, con el ceño fruncido.
—El mismo —responde con una sonrisa radiante.
Yo sé que es él, así que no debería haber preguntado, pero me tomó por sorpresa encontrarlo y que, además, se haya detenido por mí. No es que hayamos terminado en buenos términos, teniendo en cuenta lo que le dije en la fiesta, delante de su hermano. Aunque fue Christian el que peor salió con mis palabras.
—¿Cómo estás? —Me detengo de mi caminata y me acerco a su auto, le hablo por la ventanilla. Él me recibe con una sonrisa.
—Todo está perfectamente, ahora. —No pierde su sonrisa y quisiera pensar, que todo estaba “perfectamente” antes de que se detuviera.
—Me alegro. —Le sonrío por pura formalidad y doy un paso atrás para seguir mi camino.
—Andrea —llama Connor, cuando pretendo despedirme—, ¿vas muy lejos?, me gustaría llevarte. Sé que no actué bien la noche de la fiesta. No debía haberte reclamado algo que no es culpa tuya.
Su expresión es de total arrepentimiento y, aunque me llevé una impresión no muy buena de él, creo que debo darle una oportunidad.
—No te preocupes, yo también debo disculparme por decirte dramático —Hago un gesto que demuestra la vergüenza que siento al recordar lo que le dije—, pero tu…hermano, me tenía un poco cansada esa noche. La tomé contigo sin culpas.
—Chris puede ser bastante cabrón —dice y su sonrisa se pierde un poco.
—Sí. —No digo nada más sobre su hermano y se crea un silencio incómodo de repente—. Bueno, gracias por la oferta, pero la verdad, es que ya me queda poco menos de una cuadra para llegar a mi destino.
Connor alza los hombros con resignación y asiente.
—Para la próxima espero encontrarte antes y ser de mayor ayuda. —Me mira por un segundo de más y luego cambia su expresión medio entristecida, recupera la sonrisa de antes—. Nos vemos, Andrea.
Pone el auto en movimiento y se despide con un gesto de su mano, que yo le devuelvo. Me quedo parada donde mismo por más tiempo del que debo y no dejo de pensar en lo extraño de la situación. Esta fue una coincidencia bastante rara y un momento un poco incómodo. Con cada encuentro, me doy cuenta que algo sucede con los hermanos Anderson, la tensión es respirable, aunque Christian no esté presente. Sigo mi camino pensando que, de igual manera, lo que sea que ellos se traen, a mí no me importa.
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SOLO UN PARA SIEMPRE [Trilogía Destinados 3]
Romance¿Es verdad eso que dicen que las experiencias del primer amor no se olvidan nunca? Digo, porque debe existir una razón para que a estas alturas me siga afectando aquello que viví hace tantos años. Algo que explique, por qué los hechos que me llevaro...