ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 ℭ𝔦𝔫𝔠𝔬

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Todavia era tempreno cuando el funeral de Ashlyn y Ashley comenzó con un discurso de un padre sermoneando sobre la vida, la muerte, y la posible paz que hay después de ella.

Nadie esperaba que sucediera un accidente tan inuasual a tan pocas semanas de lo sucedido con la Montaña Rusa en un pueblo tan tranquilo y pacífico como lo era McKinley.

Compartía miradas confusas con Erin, y extrañamente irónicas. Kevin de cierta manera, me miraba de manera casi constante con la esperanza de volver hablar conmigo, sobre posiblemente el Vuelo 180.

Cuando llegue a casa a vestirme y prepararme para el funeral, me siguió diciéndome que estuvo toda la madrugada sumergido en Internet en busca de más respuestas. Sin embargo, las dudas en su mente solo se hacían más y más grandes, mientras las respuestas eran escasas y nulas.

Ian era el único que se dio cuenta de las miradas de Kevin en mí. Su apretón en mí cintura se acrecentaba cada vez más, de forma posesiva y ciertamente celosa aunque él no se diera cuenta.

Eso no me alertó, debido a que siempre lo hacía ya sea por aburrimiento, sin darse cuenta o simplemente porque estaba sumamente inmerso en su pensamientos como para notarlo. Eso nunca me llegó a molestar demasiado, y con el tiempo, tampoco me daba cuenta.

—Sin embargo, con la pérdida de vidas jóvenes que hemos sufrido mucho últimamente o con los suaves pasos en las noches. Todos somos iguales a los ojos de la muerte. —terminó el padre antes de que Ian lo interrumpiese.

—¿Todos somos iguales a los ojos de la muerte? ¿Cómo puede decir eso? —acusó sonando molesto e irritado.

Obviamente lo noté. Paso mí mano por el hombro de Ian y lo presione lo suficientemente fuerte para que él llegué a mirarme, a lo que negué con la cabeza dándole una indirecta para que se callará.

—¡Callate Mckinley! —gritó un chico detrás de nosotros.

—Pienselo bien, Charles Manson vivió hasta los 70 años, ¿Osama? Aún vive. —lo empecé a empujar hacía un lado para retirarnos del lugar viendo por donde iba esto.

—Vamonos. —le pidió Erin, apoyándome en qué debíamos irnos.

—Maleantes y vicepresidentes todavía vivos con todas las atrocidades que han cometido están vivos y bien. —continuó Ian apesar de que le daba claras señales de que debíamos irnos.

Erin se notaba levemente avergonzada por las miradas de absolutamente todos sobre nosotros, y no eran miradas precisamente lindas de sentir.

—Estas dos chicas que no le han hecho daño a ninguna persona, ¿No pueden vivir hasta los 18? ¿En donde está la igualdad en eso? —vencida, preferí alejarme de Ian.

Al notar que Lewis se acercaba para sacarlo el mismo y Kevin también ayudó en la pequeña tarea mientas Erin lo tranquilaba.

—Bien, si, si, si ya me calló. —se rindió finalmente Ian con Lewis y Kevin escoltados fuera de la ceremonia.

Nosotras íbamos detrás de ellos, completamente sorprendidas de que Ian se enfureciera y discutiera tanto en pleno funeral por las insperadas muertes de Ashley y Ashlyn.

Kevin y Lewis lo soltaron cuando llegaron a la camioneta de Ian, aunque seguí manteniendo distancia por sí todavía Ian se encontraba irritado por lo que sea que lo haya enfurecido.

—¿Tu madre volverá a buscarte? —pregunté mientras Ian subía a la camioneta.

—No, tomé tu consejo y me dejó al menos unas horas de libertad para despejarme un poco. —sonrió Erin, agradecida por ello.

Born To Die ┃𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 ㇋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora