Born To Die ┃𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 ㇋

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Obviamente le avisé todo esto a Ian, para que supiera y se mantuviera al tanto aunque evite decirle lo de las fotos ya que era demasiado para explicárselo diez minutos por teléfono.

Fuimos a la casa de Wendy luego de lo que pasamos, y estuvimos viendo todas las fotos que se sacaron en el parque esa noche desde la computadora de Wendy.

—Bien, Lewis va después de Frankie, luego Ian y Erin. —recopiló Wendy, ordenando la lista imaginaria en nuestras mentes.

—Hay alguien detrás de ellos, pero no veo nada por el brazo de este tipo, ¿Ustedes lo ven? —señaló Kevin, era la foto donde Wendy había sacado antes de bajarnos de la montaña rusa.

—No, estaban delante mío, pero no los reconocí en absoluto. —respondí, apenas en un hilo de voz.

Fueron imágenes traumatizantes que ví y sentí hace solo unas pocas horas atrás, tenía sueño y hambre, no me sentía para nada bien en ese momento.

—Bien, le preguntaremos a Lewis, Ian y Erin si lo recuerdan, ¿Si? —nos garantizó Kevin, mientras nos miraba a ambas—. ¿Hay más fotos de la montaña rusa?

Wendy asintió, y pasamos las múltiples fotos que tenía hasta llegar a una foto de Carrie.

Oh mierda.

Rodé los ojos cuando Kevin agachó la cabeza, y con ojos cristalinos.

Y no es que haga menos los sentimientos de mí hermano, realmente me duele que debiera estar sufriendo por eso.

Pero Carrie no se merecía eso en absoluto, tal vez por parte de sus familiares, pero no de mí hermano. Era una puta zorra para mí.

—Eso nos va a pasar por el resto de nuestra vida. —Wendy se lo dijo a Kevin, también mirando la foto.

—Sí, le iba a pedir que se casará conmigo después de la graduación. —le confesó a Wendy, haciendo que se me implantará una pregunta.

Kevin y Jason eran grandes amigos, de eso no había duda, pero si Kevin iba a pedirle matrimonio a Carrie, tal vez Jason hubiese echo lo mismo con Wendy.

Y eso lo digo, porque ambos siempre hacían todo, y cuando digo todo es todo juntos, ellos eran como verdaderos hermanos de diferente madre.

No sé, pregunta estúpida, pero no pierde sentido para mí.

Wendy pasa las fotos, y se detiene en una de Frankie de fondo, debido a que de frente estaban las piernas de una chica, apuntando hacía abajo de su falda.

Kevin agachó nuevamente la cabeza, y supe en el instante que él había tomado esa foto—. Qué gran hermano tengo.

—No espera, miren detrás de Stacy, es Frankie. —nos señalo, haciendo que Kevin la miré—. Esta foto muestra como murió.

Kevin y yo nos quedamos atónitos.

Era cierto, Frankie parecía hablar con alguien, aunque cerca de su cabeza había un pequeño ventilador mostrando las astas girando como lo hacía el motor de Wendy.

—Pon la de Lewis. —ordenó Kevin, haciendo que Wendy cambiará la foto rápidamente.

Al abrir su foto, vimos a Lewis en medio de uno de los juegos, dónde aparece una pesa grande y pesada haciendo la ilusión de que caía sobre su cabeza, con la figura de un Sultán detrás suyo sosteniendo unos enormes cuchillos.

—Tiene el martillo del juego, y la pesa parece que cae sobre su cabeza. —nos dijo Wendy mirando la foto.

—Pero miren esto, ahora Lewis está en el campamento del entrenamiento del fútbol americano. El equipo del Estado se llama los sultanes, esa es la clave. —nos apuntó Kevin al Sultán.

—Debemos avisarle, enseñarle estás fotos. —dijo Wendy, haciendo que Kevin la miré nuevamente extraño-. ¿Qué? ¿No te gustaría enterarte?

—¿Tienes fotos de nosotros? —preguntó, con una voz mucho más baja, como si alguien más nos escuchará.

—Si, por supuesto. —respondío Wendy, haciendo que Kevin se levanté con brusquedad.

—Yo no quiero ver la mía, no.

—¿Qué hay de la ignorancia voluntaria?

—Pues me ví hipócrita, ¿Si? —Kevin levantó los brazos en señal de rendición—. Nunca pensé que podría ver mi propia muerte antes de que pasará.

—¿Estás bromeando? Todos debemos ver la nuestra para evitarla. —razoné, a lo que Kevin simplemente negaba la cabeza.

—No. Se lo podemos contar a Lewis, pero si hay alguna forma de derrotar está cosa. Debo mantenerme enfocado, si veo esa foto, me voy a obsesionar así que no.

—Kevin tranquilizate, me estás poniendo nerviosa. —pedí, mientras él volvía a ponerse su saco, indicando que tendríamos que irnos.

—Escuchen, no voy a verla hasta que tenga que hacerlo. —dijo Kevin, con la voz más tranquila y sonando relajada.

—¿Quieres decir que tengamos que-

—Basta, detenganse en serio. Estoy muy cansada para discutirlo ahora, solo quiero ir a casa. —me levanté de mí asiento, haciendo que Kevin se dirija a la puerta de la habitación conmigo.

—Solo una cosa. —se giró para ver a Wendy nuevamente—. ¿Es muy fea? Digo, ¿Es dolorosa o penosa?

Wendy quedó viéndolo con una cara de que tampoco quería bromas en ese momento a lo que también me junte con ella para mirar extraño a mi hermano.

—¿Al menos no hay nada en mi trasero, no? —le pregunto a Wendy, haciendo que comience a cerrar la puerta de su habitación.

—Los veré mañana, chicos. —nos cerró la puerta en la cara, haciendo que golpeará a Kevin en el hombro.

—Eres un idiota. —negué, sacando mí celular comenzando a poner el número de Ian en el mismo.

—Oh no, está noche duermes en casa. —Kevin intentó sacarme el celular.

—Necesito estar con él. Le prometí que íbamos a vernos, está muy preocupado después del accidente que tuvimos.

—¿En serio se lo dijiste? Escucha, debes alejarte un poco de él, y estar con nosotros. Somos tu familia, mamá está muy preocupada por ti.

—Dile a mamá que estoy bien. —respondí, consiguiendo que Ian contesté.

—Escucha, estoy en la casa de Wendy, ¿Puedes venir a buscarme? —Kevin rodó los ojos, con cansancio—. Está bien, gracias te amo.

Me despedí a lo que Kevin se rió.

—Está bien, gracias te amo. —dijo con voz chillona, y una risa estúpida.

—Ahora lo sé, ¿Estás celoso, cierto? —me burlé, mientras veía que ahora Kevin llamaba a mamá.

—Claro que no. ¿Y sabés? Mamá se pondrá muy feliz cuando se enteré que volviste a dormir con Ian esta noche. —Kevin pasó uno de sus brazos por mi cuello, abrazándome.

Tratando de hacerse el hermanito cariñoso.

—Jodete, Kevin. —le dí un codazo en el estómago, robándole el aire de los pulmones.

—Oh mierda. —Kevin puso su mano allí, dejando de abrazarme.

—Oh dios, eres un desastre. —me reí, está vez abrazándolo yo por el costado de la otra costilla.