ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔇𝔦𝔢𝔷

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La lluvia reciente había dejado charcos por todas partes en el pavimento, así que tuve que mirar al suelo para evitar mojarme los pantalones y los zapatos.

Pero, en realidad, nada de eso importaba.

La emoción que sentía en el estómago al pensar en ver a Ian de nuevo hacía que me importará una mierda todo lo que había a mi alrededor. Cada paso me acercaba más a él, y la anticipación era casi insoportable.

Kevin caminaba a mi lado, con Wendy siguiendo de cerca. Ninguno de los dos sabía que nosotros íbamos para allá, pero tenía plena conciencia de que Ian y Erin estaban trabajando en las tardes y noches en la cerrajería.

—¿Estás contenta? Vamos a ver a tu "amigable novio" —se burló Kevin, imitando una voz sarcástica que me hizo sonreír a pesar de mí misma.

—Claro que sí, por lo menos yo no lo niego. —respondí, lanzando una mirada significativa a la protección casi absurda que Kevin mostraba hacía Wendy sin siquiera darse cuenta.

Wendy, por su parte, parecía ajena, pero yo podía ver la tensión en sus ojos, como si esperará algo más de él.

Ambos me miraron de forma extraña, obviamente sorprendidos por mi respuesta. Pero solo los ignoré, avanzando hasta la gran reja de la cerrajería y golpeándola con fuerza para llamar la atención de Erin.

El sonido resonó en la silenciosa ferretería, rompiendo la quietud de la noche y seguido de un grito ahogado de Erin, que se asustó por el ruido.

—¡Hey, Vany! Me asustaste muchísimo. —Erin apareció entre las sombras, sus ojos brillando con alivio y sorpresa mientras abría la puerta de la ferretería para dejarnos pasar.

—Y espera escuchar lo que vamos a decirte. —murmuró Kevin, mientras Erin buscaba la llave de la reja.

Entramos, y el ambiente dentro era cálido y acogedor, en contraste con el frío exterior. El olor a metal y aceite de las máquinas llenaba el aire, recordándome las muchas veces que había visitado a Ian en su trabajo.

—Oh, yo también te extrañe mucho. —la abrace apenas abrió la puerta, dejando que Kevin y Wendy entrarán conmigo.

—Debes volver a trabajar con nosotros, Ian dice que no es lo mismo matar a las palomas sin tí. —dijo entre risas, volviendo a cerrar la reja.

Mi corazón latía con fuerza mientras buscaba su figura entre las sombras.

—De echo, yo le decía que no lo hiciera. ¿Pero las sigue matando, no? —Erin asintió sabiendo que iba a enojarme problamente—. Voy matarlo con eso, haber si le parece chistoso.

¿Dónde estaba? ¿Estaba tan feliz de verme como yo lo estaba de verlo a él?

Kevin y Wendy nos siguieron adentro, y pude ver la forma en que Kevin se colocaba instintivamente entre Wendy y cualquier posible peligro, como si su protección fuera un reflejo involuntario.

Sus miradas se cruzaban de vez en cuando, llenas de significados no dichos y emociones reprimidas.

—Como sea, escucha Erin, ¿Sabes que Frankie y Lewis murieron, cierto? —Kevin preguntó saliendo del tema.

—¿Lewis murió? —Erin frunció el seño, siguiéndola a ella.

Kevin asintió, y comenzó a explicarle resumidamente todo lo de las fotos lo mejor que pudo. Aunque mí atención estaba en Erin, quién sonreía sin creerselo.

Ella no tardó nada en llamar a Ian para que también lo escuchará-. Ian, soy Erin. Ven acá, te vas a impactar cuando oigas esto, y además vino Vany.

Born To Die ┃𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 ㇋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora