SECRET / Obi-Wan Kenobi

CAPITULO 23

Me paralizo cuando escucho sus palabras . No es cierto, no puede ser - niego repetidamente, se esta equivocando o jugando una broma.

-Maestra, me lo informó Plo koon y Ashoka también me envió un mensaje.

-No, el estaba en coruscant, hace un rato hable con él, no puede estar muerto – Estaba en negación.

Juls me dirige una mirada de pena y sé que no está mintiendo, él nunca me haría eso.

Mi padawan me toma del brazo -. Nos tenemos que ir para llegar al funeral, ya me encargué de que les llegué el mensaje a los reyes.

Me dice algo más mientras me dirige a una nave, pero no lo escucho, mi cuerpo se mueve en automatico y mi mente se llena de tristeza, pero sobre todo de confusión. Estábamos subiendo a la nave que nos prestaron cuando finalmente me armo de valor y pregunto.

-¿Cómo paso? – Me explica, fue abatido por un francotirador para después caer de un edificio. Mi pobre Obi, una parte de mi muere al escuchar sus palabras.

Veo alrededor de la nave, estamos solos, no tardo en ubicar el camarote -. Ya veo, ¿puedes encargarte de la navegación? Me gustaría descansar un poco.

No escucho su respuesta, me dirijo al camarote, me refugio en la cama y por primera vez en mi vida, me entrego a mis emociones. Lloro como nunca, le lloro a su vida, a su recuerdo y a la propia galaxia. Me pierdo en mi dolor por lo que parecen horas, no puedo pensar en nada más que él y que ya no esta conmigo.

Por fin salgo de mi burbuja cuando siento unos brazos que me rodean, era mi padawan, ofreciéndome su consuelo en silencio, le devuelvo el abrazo y me aferro a el como si mi vida dependiera de ello, no hablamos, pero no hace falta, me comunica todo con su sola presencia. Dejo de llorar hasta que me duele la cabeza y parece que me seco, parece como si hubiera agotado todas mis provisiones de lágrimas de esta esta vida en un solo día.

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Nuestra llegada a Coruscant había sido borrosa para mí, me había refrescado y puesto una túnica nueva, acompañada con una túnica café con capucha ( en señal de luto). En el templo no salude o reconocí a nadie, solamente nos dirigimos con pasos veloces a la sala en donde se realizaría el funeral, todos los jedi teníamos el derecho a ser sepultados en el templo, incluso cuando morías lejos, tu cuerpo siempre regresaría a nuestro hogar.

Llegamos a la sala donde descansara mi Obi, veo su cuerpo cubierto por una sabana, recostado en su sarcófago, mi corazón se encoje y tengo una batalla en contra de las lágrimas (que termino por ganar, no puedo dejar que me vean llorar), repaso la sala y me encuentro con caras familiares, todos los mas cercanos a Kenobi estábamos presentes, dirijo un pequeño saludo a todos pero al mismo tiempo a nadie.

La mirada de mi maestro se enfoca en mi y no dudo en situarme a su lado, a mi otro lado se encontraba Ashoka (la cual, era muy querida por el) me dirige una mirada de pena, la tristeza de la sala era palpable, no solo habíamos perdido a un gran jedi sino a un amigo, un maestro, un compañero e incluso algo más.

Siento una mirada fija en mí, levanto la vista y me encuentro con Anakin, el no ve veía triste o en pena, el estaba enojado, furioso, apretaba tanto la mandíbula que parecía doloroso, me gustaría decirle algo pero no creo que nada le ayude, yo misma me tengo que ayudar primero. Lo único que puedo hacer es enfocarme en la figura de mi querido Obi-Wan, en un pequeño impulso decido que me gustaría ver su cara por ultima vez, doy un paso adelante, pero me detengo, me quiero quedar con la imagen de su sonrisa, de sus ojos azules, llenos de vida y su risa contagiosa.

El maestro Yoda dice un pequeño discurso, en honor a lo que fue su vida, pero no escucho nada, finamente su sarcófago se cierra y empieza a descender, se cierra y una luz apunta al cielo, todo termina y me dirijo a mis aposentos para finalmente llorar como hace rato me hubiera gustado.

Después de un rato escucho unos tímidos toques en mi puerta, se que es mi padawan pero decido no abrir, necesito un tiempo para mí, sola, para finalmente pensar. Estaba enamorada del maestro Kenobi pero el ya no estaba, mi vida volvería a ser como antes, sin sonrojos o llamadas a media noche. Me dolía en el alma, pero al mismo tiempo me reconfortaba, una vez el mismo me había preguntado si me había enamorado, yo había contestado que no, pero ahora (gracias a él) podía decir que sí.

No hubiera sido la misma Zale sin él y aunque había partido antes, siempre estaría conmigo y si era cierto que existían otras vidas talvez me lo encontraría y tendríamos otra oportunidad. Todo iba a estar bien.

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Al día siguiente me dirigí directo a la habitación de Juls, me abre y parece desconcertado de verme, pero me deja pasar sin dudarlo.

El rompe el silencio primero -. Lo lamento maestra, sé que el maestro Kenobi significaba mucho para ti - Asiento y me siento en la cama, le pido que se siente a mi lado y le enseño mi holopad.

Busco mi recuerdo más preciado, mi álbum de fotos. Me había encargado de digitalizar todas las que alguna vez me dio Carry en Rine y con el tiempo había agregado unas mas (como la que nos tomamos en la misión, algunas con mi maestro y la 222). En ese lugar se encontraban todos mis momentos mas felices y las personas más importantes.

Lo abro y se las empiezo a enseñar, empiezo con la mías en la escuela, pero rápidamente me salto a las de Obi-Wan en la cantina, le cuento lo encantados que estaban con su "trabajo", incluso me rio un poco cuando veo una en donde sale posando con una botella con contenido desconocido para mí, pero con una sonrisa que indicaba travesura. Pero me vuelvo a quedar muda mientas voy avanzando, la foto de la banca, de nosotros bailando e incluso besándonos. Mi aprendiz no dice nada cuando las ve, pero puedo sentir su sorpresa.

-Juls, ahora mismo estoy destruida, pero necesito que lo entiendas, voy a estar bien -. Al ver como iba a decir algo me adelanto -. Necesito contarte algo, pon atención.

"Te puedes imaginar que sentía algo por Obi-Wan pero incluso yo misma lo note hasta hace poco, él no se enteró, no tuvimos esa oportunidad porque yo la deje pasar, somos jedi y tenemos un camino que seguir pero no quiero que lo tomes literal, no cometas los mismos errores que yo. Te estoy entrando para que controles tu mente y tu cuerpo, pero eso no significas que cierre tu corazón, haz lo que debas en su momento y no lo dejes para después, talvez no lo puedas hacer luego, pero lo más importante es, nunca pierdas el camino, mantente fiel a ti."

-Entiendo maestra, gracias, supongo que ahora puedo decir que la quiero.

Suelto una pequeña risa y nos abrazamos -. Yo te quiero mucho, ahora, ¿Tu como te sientes?, tú también apreciabas al maestro.

-Vamos a estar bien.

Asiento .- No importa cuantas veces nos caigamos, siempre tenemos que levantarnos.

...

Como me encanta el drama