Capítulo 1

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—Ya son las ocho en Corea. Tengo que saludar a Hyunjin...

Murmuró sacando su teléfono.

Su amigo soltó una risa y lo miró.

—Ahí tienes el que se negaba a escuchar su música —Se burló. Felix solo le dedicó una mala mirada y siguió en su teléfono—. Estás obsesionado con ese chico. Temo por la vida de Hyunjin.

—Solo le escribo todos los días, ¿Qué tiene de malo?

Frunció su ceño y envió el mensaje. Solo lo saludaba y le deseaba un día increíble. No había más que eso en su conversación, aunque a veces, Felix debía admitir, que le contaba algún problema específico para desahogarse. Después de todo, Hwang Hyunjin no leía sus mensajes. Probablemente ni siquiera sabía que le escribía. Era un hombre ocupado.

—Eso mismo. Debe sentirse acosado.

—Ni siquiera le llegan mis mensajes y tampoco creo que le importaría saber quién le escribe —Felix dejó su teléfono a un lado y observó su comida—. Ni debe saber de mi existencia.

—Claro que no sabe. Tiene muchísima gente y todos ellos probablemente hacen lo mismo que tú —suspiró—. Qué suerte que ya no escucho su música.

—Y pensar que fuiste tú quien me lo presentó —rió.

—No pensé que te volverías tan dependiente de él —Felix se encogió de hombros—. Pensé que te gustaría uno o dos meses... No tres años.

—Amor a primer sonido —bromeó. Su amigo rió—. Aún así yo tampoco lo pensé. Creí que Hyunjin sería solo una pequeña etapa de mi vida.

—Al parecer no.

Otra vez el mismo frío y el autobús de siempre. La única diferencia que hay es que Felix Lee ya dejó la escuela, por fin se graduó y ahora está en la universidad, estudiando psicología y esforzándose por tener los mejores grados para ser estudiante de intercambio. Es una meta que tuvo siempre y en los países postulados, está Corea. Su sueño es visitar aquél país, incluso tienes familiares ahí y podría visitarlos.

También porque ahí vive Hwang Hyunjin.

Pero ese es otro tema.

Mientras que el otoño está finalizando en Australia, en Corea está empezando.

Y no hay nada en el mundo que Hwang Hyunjin ame más que el frío.

—Como odio mi vida, por Dios.

Su mejor amigo se quejó bajándose del auto. Se abrazaba a sí mismo mientras miraba el cielo nublado que pintaba toda Corea.

—Espero casarme con alguien que me lleve a vivir al Caribe así no tengo que soportar el frío —Siguió quejándose, caminando a la agencia.

Hyunjin soltó una risa y comenzó a caminar a su lado. El aire frío golpeó su rostro, enrojeciendo su nariz y haciéndolo verse más pálido de lo normal. Su figura en sí no lo ayuda, porque el color rubio de su cabello también hace que su piel luzca blanca. Por suerte su ropa oscura se luce gracias a eso.

—El invierno es increíble. Es la mejor época del año —Hyunjin acotó. Al sentir su teléfono vibrar en su bolsillo, borró su sonrisa y puso los ojos en blanco—. El Australiano ya se acordó de mí.

El hombre a su lado rió.

—Amo el hecho de que sepas que es él —Abrió la puerta, entrando directamente—. Aunque si tenemos más o menos una hora de diferencia, él debería estar entrando a la universidad, si es que estudia.

—Lo hace —Hyunjin cerró detrás de él, sintiendo la calidez del edificio apropiarse de su cuerpo—. He visto su perfil. Tiene fotos con sus amigos de la universidad. Si no calculo mal, debería estar como en cuarto año de alguna carrera. Aunque solo si entró a los dieciocho.

Haven't Met You Yet | Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora