The Royal Box

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El timbre sonó, Piper vio el reloj faltaban quince minutos para las siete, al abrir pensó encontrar al repartidor, pero otra fue su sorpresa....



—La cena señorita Chapman. Piper se puso roja de la vergüenza al ver como Alex sostenía una bolsa con lo que seguro era lo que mando Lorna.

—¿Alex? ¡madre mía! Al verla con la cena se puso roja. —Pasa por favor. Alex entro hasta llegar a la cocina dejando las bolsas.

—Prepare una ensalada verde, espero te guste, unos refrescos para ti, ah y la cena. Levanto la bolsa......con una sonrisa picara.


Mas tarde después de haber cenado ambas reían

—Que vergüenza, discúlpame, pero cocinar no es una de mis virtudes. Las dos reian.

—Lo supe desde el momento que vi al chico repartidor frente a tu puerta, no te disculpes Pipes, no todos nacemos con el don de la cocina.

—Bueno al menos compre la cerveza que te gusta. Le dijo la rubia orgullosa.

—Si, y esta deliciosa. Rieron las dos.

—Y mi refresco también está delicioso. Chocaron las botellas. Piper se levanto recogiendo los platos, Alex le ayudo llevando todo al fregadero.

—Tengo una duda. Piper volteo viendo como Alex secaba un plato, pensando.

—¿Cuál es tu duda?

—Eres Piper, pero ¿Liza Kampan?, ¿Por qué llamarte así? si tienes un lindo nombre.

—Ah, es eso, bueno, mi segundo nombre es Elizabeth, de ahí el Liza, y, Kampan, solo cambie  la primera letra y elimine la segunda letra. Piper le sonrió.

—¡Es cierto! Me vi muy lenta. Rieron. —Elizabeth, tambien es un lindo nombre, y ¿Como están tus padres Pipes? La pregunta la sorprendio.

—¿Mis padres? Piper desvió la mirada para lavar los platos

—Me imagino que han de extrañarte mucho. Alex le ayudaba secando.

—Hace algunas horas hable con ellos, y puedo decir que están contentos que este aquí.

—¿Y eres única hija?

—No, tengo dos hermanos Steve el mayor y Cal es el menor, ambos están por terminar su servicio en Afganistán, precisamente eso me comento mi padre, que ya pronto volverían. Y que me dices de ti, ¿algún hermano o hermana?

— Nop, soy sola, me hubiera gustado tener un hermano o hermana, siempre es bueno tener un cómplice de tus travesuras. Rieron las dos.

—Tiene sus ventajas, pero también sus desventajas, Steve siempre fue la cabeza de todo, siendo el mayor de alguna manera debíamos hacerle caso, siempre peleábamos por el control del televisor, por fortuna siendo la única mujer me concedían elegir la película, eso si, a los tres nos gustaba ver películas de ciencia ficción.

—Al menos yo puedo decirte que peleaba con papa. Piper reía. —Yo quería ver algún juego de basquetball y el imponiéndome el tennis, por eso termine por jugarlo. Dejaron la cocina para pasar a sentarse en la sala.

—Pues yo aún no sé qué le ven a dos personas que golpean una pelotita de un lado para otro. Alex empezó a reír a carcajadas.

—Precisamente eso dice mi mama, pero igual nunca dejo de ir a ninguno de mis partidos hasta que me retire.

Un Romance InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora