Capítulo 4

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El sol brillaba, las aves cantaban y el pasto ondulaba con el viento.

Y encorvado en su escritorio, y con media computadora desmontada ante él, Miles ni lo notaba.

Sin embargo, él si noto que estaban tocando la puerta de su laboratorio, aunque no levantó la mirada.

"B-"

"B'uen día, Cream. Gr'cias po'r lo de ay'r." Su voz retorcida a causa de un tornillo metido en su boca.

"¿Huh? No necesit-"

"¿Sin Cheese otra vez hoy?" Miles aún no se había molestado en mirar.

"...No."

Cream casi susurro su respuesta. Miles se arrepintió de preguntar.

"Bueno, s'éntete c'mo en casa. ¿Mentas?" El empujó el tazón hacia su dirección con la cola, casi tirándolo de la mesa en el proceso. Una mano enguantada reacciono y la empujó hacia arriba.

"Pareces estar... ocupado otra vez, Señor Tails." La suave voz de Cream le llegó de la oreja mientras se acomodaba cerca. "¿Problemas con la compu?"

"Necesitaba las p'ezas." Murmuro, tirando lo que quedaba de una placa de circuitos hacia una creciente pila de chatarra a sus pies.

Cream acerco la mano y le sacó el tornillo de la boca. "Señor Tails, por favor no haga eso. Te podrías ahogar. ¿Puedo ayudar en algo?"

"Si, claro. ¿Podrías pasarme los alicates de punta de aguja? Creo que están alado de ti."

"U-um. De acuerdo. ¿Cuál de esto-?"

"'Sta bien, yo me encargo." Miles enroscó una cola alrededor de Cream, tanteando un momento antes de enrollar la punta alrededor de la herramienta y serpenteando hacia atrás para dejarlo caer en su mano.

"¡Hey!"

El grito de Cream desconcentró a Miles lo suficiente como para darse cuenta de lo que había hecho. Dejó caer los alicates y se dio la vuelta en la silla, manos extendidas ante él. Cream lo miró con desdén, mejillas hinchadas con indignación, con las manos en las caderas.

"¡Perdón! Estaba demasiado concentrado en-"

"¡No es justo presumir, Señor Tails!" Cream hizo una mueca, sacudió varias veces su esponjosa cola y resopló.

Miles parpadeó varias veces y luego estallo en risa.

"¡Y ahora te ríes de mí!" Cream sollozo. "Señor Tails eres terrible."

"Ahh, perdón, Cream." Miles sonrió, una vez que se logró calmar. "Lo necesitaba."

"Me alegro de que te sientas mejor, Señor Tails. "Últimamente he estado un poco preocupada por ti."

Miles la miró fijamente antes de colocar el desastre de componentes sobre su escritorio. ¿Qué fue lo que dijo Sonic que hiciera?

"¡Muy bien!" Se levanto de pie. "Lo demás puede esperar. Salgamos de aquí y hagamos algo divertido."

Cream parpadeó, inclinando la cabeza. "¿Divertido?"

El zorro se limitó a sonreír, levantando un solo dedo y pincho a Cream en la frente.

"Ten. Las traes."

Antes de que la coneja pudiera resoplar una respuesta, Miles ya se había ido, con la puerta agitándose tras su paso.

Hacía mucho tiempo de que Miles no corría por la simple diversión de correr. Usualmente, él se la pasaba persiguiendo a Sonic – una actividad demasiado extenuante para ser relajante – o estaba intentando llegar rápido a algún lugar, en cuyo caso solía estar demasiado concentrado como para poder disfrutarlo.

Eternal Tails: Días FelicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora