Capítulo 10

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"Oye, Cream. ¿Quieres ver algo cool?" Miles se reclinó sobre su escritorio. El sol nocturno que entraba por la ventana proyectaba un entrecruzamiento de sombras sobre su pelaje.

Cream levantó la vista desde la cama, donde había estado observándolo en silencio, con las orejas ligeramente levantadas antes de hacer una mueca.

"Ya sabes que no me gustan esos juguetes que haces, Señor Tails."

Miles la miró con soberbia.

Ella se acercó de todos modos, tal como él sabía que lo haría, aferrando aún su sábana con un brazo, como si quisiera llevar consigo el consuelo que había perdido.

"Hace mucho tiempo que no haces un juguete, Señor Tails."

"Sip. Oficialmente me retiro de la industria de juguetes. Ya tiene rato." Miles sonrió, sosteniendo en alto un pequeño estuche de plástico, igual al que ya había construido en una ocasión. "Esto es una bomba."

Cream se exaspero "¡Señor Tails, eso es aún peor!"

"¡Claro que no! Esta es una bomba que incluso a ti te encantara." Miles inclinó la silla hacia atrás y sosteniéndose con sus colas al sostener el aparato ante el sol. "Esto es una bomba lógica."

Cream inclino su cabeza. "Señor Tails, ¿Qué es una bomba lógi-?"

Su mano se abalanzó sobre la muñeca de Miles con una fuerza abrumadora. Su hueso se rompió, el estuche se escurrió entre sus dedos inertes.

"Pe-pense que te sentirías así." Miles parpadeó para contener las lágrimas, ahora colgando del fuerte apretón de Cream.

"Que decepción, Señor Prower. ¿Por qué nos sigues obligando a hacerte esto?"

"Po-podrías h-haber hecho una simulación menos obvia." Miles habló apretando los dientes, estremeciéndose de dolor. "L-lo note hace mucho. El cielo no tiene ese color. El índice de refracción de la atmósfera es-"

Cream sonrió y lo lanzó al otro lado del laboratorio. Rebotó de la cama y se estrelló contra la pared con un crujido.

"¡Muy bien, Señor Prower! Eres un zorro tan listo." Ella aplaudió encantada mientras él se deslizaba por el suelo. "Tendremos que arreglar eso la próxima vez."

Cream se agachó para recoger el estuche y lo aplastó con una mano, convirtiéndolo en un reguero de piezas que se sumaron a su sábana en el suelo.

"Sentimos de nuevo lo de tu invento. Sabemos que te encanta crearlos, y estamos muy orgullosos de ti por intentarlo. ¿Cuántas veces han sido? ¿Diecisiete con esta? Parece que ni siquiera una amiga fue suficiente para detenerte al final."

Miles se agitó hasta sentarse, jadeando. Su muñeca estaba mal torcida, colgando débilmente a su lado. Lágrimas fluían libremente por el pelaje de sus mejillas.

"Du... Duele." Él sollozo. "Duele mu-cho."

En un momento Cream estaba de pie junto a él, haciendo sonidos relajadores.

"Ya, ya. Todo estará bien zorrito. Esto terminara pronto."

"Tengo miedo." Miles se apartó de ella. "Por favor, n-no me lastimes otra vez."

Cream sonrió suavemente, se arrodilló frente a él y le puso las manos sobre los hombros. "No te preocupes, te dejaremos como nuevo." Agarrando al sollozante zorro por el hombro, acercándolo a ella, su aliento cosquilleaba el pelaje de su cara mientras sus dedos le acariciaban la cabeza. "Después de todo, te amamos."

"Me alegra saberlo." Miles inclinó la cabeza hacia delante y la besó en los labios.

Cream lo empujó hacia atrás con un chillido. "¡S-señor T-T-Taiilllsss!"

"Ugh. Piojos." escupió Miles, limpiándose enérgicamente los labios con el dorso de su guante aún utilizable. Ahora manchado de un tinte ensangrentado.

"Señor Tails eres de lo-" Cream emitió un grito ahogado y se tapó la boca al darse cuenta del estado en que se encontraba. "¡¿Qué paso?!" "¡¿Estas bi-"

Miles alzó una mano temblorosa. "Ayúdame. No... hables. Sé que estás confundida, pero no tengo tiempo para explicártelo ahora, ¿está bien? Ayúdame a... hacia el escritorio."

Cream abrió la boca, con miedo y confusión en los ojos, pero a pesar de todo lo tomó silenciosamente en sus brazos.

"Perdón por besarte." Miles suspiraba de dolor "Necesitaba que... despertaras p'r unos minutos. No se puede ser más... autoconsciente que con vergüenza."

"¿Hice esto?" Los ojos de Cream empezaron a llenarse de lágrimas.

"He tenido peores. Desde que tenía cuatro años, ¿recuerdas?" Miles le sonrió, con los ojos todavía llorosos. "Abajo por favor."

Cream lo dejó ante el montón de plástico y metal destrozado que quedaba. Miles cojeó y se dejó caer pesadamente en su silla, con Cream a su lado.

"Oye, no sé si puedes oírme." Miles habló hacia la ventana. Delante de él, trescientos veinte juguetitos se amontonaban en una creciente bola de metal que emitía pitidos. "No sirve de mucho romper mi control si yo ya había presionado el interruptor."

Haciendo un gesto grosero hacia el sol, Miles se dio la vuelta.

"¿Oye... Cream?"

"¿Señor Tails? ¿Qué está pasando?"

Miles le tendió la mano, levantándose inestablemente con su ayuda. Detrás de él, los pitidos eran cada vez más fuertes.

"Simulación debería... colapsar. No estoy seguro de que va a pasar... a ti... o a mí." Él le apretó la mano. "Pero... no tengas miedo. Voy a estar aquí contigo. ¿Okey?"

"Muy... bien, Señor Tails." Cream le devolvió la mano, temblando ligeramente. "I-intentare ser valiente también."

Miles miró fijamente los ojos marrones de Cream, ondulando ligeramente. No estaba seguro si ella realmente era Cream. Ni siquiera estaba seguro de si ella era real, pero... ella había sido su inseparable compañera por tanto tiempo, la única persona en todo su mundo. A pesar de que casi no tenían nada en común, Cream había llenado su solitaria existencia tan completamente y durante tanto tiempo que el acabar con todo le dejó un dolor interno peor que el de su brazo destrozado.

Ella lo estaba mirando.

Cream sonrió, pasándose una mano por debajo de los ojos mientras el pitido alcanzaba un crescendo.

"Es bueno volver a verte tan pensativo, Señor Tails."

Miles le devolvió la sonrisa, con un nudo en la garganta.

"Gracias por ser mi-"

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Fin

Eternal Tails: Días FelicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora