Cafetería.
Gojo, Tadano y Naoto estaban tomando donuts y café.
- ¿ Tu esposa se a ido así sin más a Tokio?.
Pregunto Naoto sorprendido.
- Si, oficialmente me a dejado solo con nuestra hija.
- ¿ Y eso no te molesta?.
Pregunto Tadano.
- Claro que si, pero no tengo nada que hacer. Marin se enfada mucho cuando se lo reprocho.
- ¿ Pero no lo a consultado contigo en ningún?.
- No, simplemente se le ocurrió y luego me lo conto. Hace tiempo que no nos comunicamos.
- Es una pena.
- Hace meses que no hablo con ella. Marin se pasaba el día trabajando o de fiesta con sus amigos.
- Que pena, ¿ y como llevas eso?.
- En un principio me deprimí bastante, pero con el tiempo me acostumbre.
- ¿ Y como te sientes ahora?.
- Siento que me falta algo y eso me deprime un poco.
Dijo Gojo decaído.
- Cuanto lo siento, Gojo.
- ¿ Que piensas hacer con Marin?.
- Supongo que me tocara esperarla.
Dijo Gojo decaído.
- No te ves nada bien.
- Es normal, te pasas el día trabajando y cuidando de la niña.
- Eso es verdad. Ya no tengo tiempo para hacer vestidos.
- Marin se pasa el día intentando cumplir sus sueños, mientras que tu, has tenido que renunciar a los tuyos para cuidar y mantener a la niña.
- ¿ Eso es cierto?.
- Desgraciadamente si. Tengo tres libretas llenas de diseños que nunca eh podido hacer.
- ¿ Marin no te da parte de su sueldo?.
- Solo la mitad, la otra mitad se lo gasta en sus fiestas con sus amigos.
- ¿ Y no le has reclamado eso?.
- Cuando le reclame eso me dijo: "Eh trabajado muy duro para ganar este dinero, así que me lo gastare en lo que yo quiera".
- Valla, eso es muy egoísta.
- Lo se, la fama se le a subido a la cabeza. Y lo peor es que no le puedo decir nada por su carácter.
- ¿ Marin a cuidado alguna vez su hija?.
- Solo en los dos primeros meses. Dice que ya no quiere darle el pecho por que estropearían sus senos.
- ¿ Y que come tu bebe?.
- Le doy papilla y le preparo una leche en polvo muy buena.
- Es increíble que hagas todo eso tu solo.
- No tengo otra opción.
- Al menos se nota que tu hija esta creciendo bien.
- Es lo único que me hace feliz.
- Supongo que tampoco te gustara tu trabajo.
- No es el trabajo que yo quería, pero son los sacrificios que tiene que hacer un padre por su hija. Mi único sueño ahora, es que mi hija crezca sana y feliz.