Unos días después...
Era una agradable noche en la ciudad.
La limusina de Hisa recorría la carretera.
Limusina de Hisa.
- Muchas gracias por recogerme, Hisa.
- No hay de que, Gojo.
- Un momento...
Hisa contesta a la llamada del teléfono.
_ ¿Diga?.
_ Hola, Hisa.
_ Valla...Eres tú.
_ ¿Pero que has estado haciendo? Ya no vienes a las fiestas.
_ Ya no puedo ir contigo, ahora soy madre.
_ ¿En serio? ¿Desde cuando?.
_ Te lo dije hace semanas, es que tu nunca me escuchas.
_ Vale, lo siento.
_ Ahora tengo una niña que cuidar, no tengo tiempo para tonterías.
_ ¿Pero por que elegiste ser madre? Suena muy jodido.
_ Por que medio la puta gana, ¿no te parece suficiente?.
_ Vale, vale...¿Ya no vas a volver a las fiestas?.
_ Claro que no, Kane me necesita.
_ Ven a la fiesta de mañana, por favor.
_ No pienso...
_ Por favor, por favor, por favor, por favor...
_ Vale, vale...
_ Estupendo, te mandare la dirección y la hora.
_ Eres muy molesta.
_ Ponte algo elegante, adiós.
Ambas cuelgan la llamada.
- Así que... Vas a ir a una fiesta.
- ¿Quieres venir conmigo?
- ¿Cómo?.
- Me gustaría que me acompañaras.
- ¿Por que?.
- No quiero ir sola con mis amigas, son muy aburridas.
- Esta bien, iré.
- Estupendo.
Mansión de Hisa.
Sala.
La familia estaba cenando tranquilamente.
Gabriela toma una cucharada de papilla.
- Abre la boquita.
Kane abre la boca y toma la cucharada.
- Esta rica, ¿verdad?.
- Mama...
- ¿Sí, amor?.
- Me han invitado a una fiesta y...
- Quieres que cuide de Kane.
- Así es.
- Adelante, ve y disfruta.
- Valla, eso a sido fácil.
Comento Gojo.
- Ambos habéis trabajado muy duro, os merecéis salir y disfrutar.