i chapter five; night walk

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ERA DE MADRUGADA Y REALMENTE EL DEAMBULAR POR LOS PASILLOS DEL CASTILLO era horrible para todos los Prefectos de Hogwarts; definitivamente era peor cuando avisaron a Remus de que esa noche tendría que rotar con un Slytherin un año menor que ni si quiera sabía quién era, todo porque Lily se había puesto enferma, aunque en realidad todos sabían que era para poder estudiar más lo cual a Lunático no le importaba en lo absoluto.
Seguramente si le hubieran dicho horas antes de unirse a ese prefecto quien sería, se hubiera cagado y no hubiera aparecido en lo que restaba de noche, pero las cosas no funcionaron así y cuando se reunió con este mismo en las puertas de su sala común en las mazmorras, su sobresalto pudo ser evidente en ambos pares de ojos.

Régulus Black era especialmente conocido por ser el Rey de la frialdad, estaba claro que todo el mundo lo admiraba y Remus todavía no sabía porqué.
Sí, era guapo, como todos los Black; tenía los rasgos definidos y la piel demasiado blanca como la porcelana, pero nada más, era arrogante, embustero, opinaba lo mismo que Voldemort y la gota que colmaba el vaso era que mantenía una extraña amistad con Severus Snape, y aunque a Remus la serpiente le diera igual seguía creyendo que era demasiado... insoportable.
Y bien como todo Hogwarts quería acostarse con Iris y Sirius, lo mismo ocurría con Régulus. Los tres eran los más deseados del castillo, ya sea por su belleza o el aura sexual que atrae a todo el mundo que pasa a sus lados.

—Buenas noches—saludó Remus después de hacer esa crítica moral al Black y observarle demasiado bien.
El chico asintió y chistó su lengua mientras ambos sabían por las escaleras rondando por los pasillos.

Definitivamente si el Lupin no quería aburrirse y acumular saliva en su boca, debía de hablar porque estaba seguro que sino el sueño lo ganaría y lo más probable es que se tropezara varias veces si no quería caerse rendido en los brazos de Morfeo.

Así que pasada la media hora cuando ambos ya habían cruzado toda la parte de las mazmorras y tan solo habían encontrado una serpiente besándose animadamente con una Gryffindor, habían decidido subir a la siguiente planta.
Remus había abierto la boca para comentar algo irrelevante que ni si quiera sabía si Régulus seguiría para mantener un conversación.

—¿Qué tal está mi hermana?—preguntó el Slytherin mientras doblaban una esquina. Lupin abrió sus ojos descaradamente al escucharlo hablar, pero gracias a la poca luz el Black no se dió cuenta, o eso creyó.
Las mejillas del licántropo se encendieron al imaginar a Iris frente a él y sonrió.

—Está...umh...bien, eso creo—contestó en un balbuceo poco audible, pero el Black pudo escucharlo perfectamente debido que nadie estaba en el pasillo.

—¿Por qué te pones nervioso?—preguntó Régulus frunciendo el ceño. Seguro que ese era su lado sobreprotector de hermano menor, pensó Remus.

—No me puse nervioso.

—Sí lo has hecho.—contestó entornando su cabeza para mirar al chico.
El de cicatrices rascaba su muñeca con fuerza mientras movía su boca con nerviosismo.

—¿Te gusta?—preguntó Régulus intentando seguir sonando frío, pero seguramente al ser casi las 2 a.m. su lado más sensible salió a la luz, y poco después su tono filosófico asombraría al licántropo.

—¿Qué? ¿Ris? No.—respondió Remus demasiado rápido para su suerte.
Régulus enarcó una ceja y le miró con lo que ambos creyeron que era una media sonrisa, aunque pareció más una mueca de horror.

—Sí. Tu mismo te delatas—el Black suspiró y al instante comenzó a tronarse los dedos.—Hacéis buena pareja.

—Creo que Sirius no piensa lo mismo.

Régulus de solo escuchar el nombre de su hermano mayor le entraban arcadas, él era el único con quién no quería mantener ningún tipo de contacto, ni si quiera el roce del final de sus túnicas cuando se cruzan por el pasillo o escuchar sus gritos de ánimo a Cornamenta en un partido en vez de estar dirigidos hacia él...

¹ 𝗜𝗥𝗜𝗦 | 𝖱𝖾𝗆𝗎𝗌 𝖩. 𝖫𝗎𝗉𝗂𝗇 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora