ii chapter fiveteen; full moon

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EXACTAMENTE HABÍA PASADO UN MES DESDE AQUEL BESO DESPREVENIDO DE REMUS E IRIS. Ambos al regresar a la sala común subieron respectivamente a sus cuartos sin ninguna tensión que los mantuviera incómodos.
Así se dió durante todas las siguientes semanas, hablando con fingida normalidad y sintiendo como si ese enamoramiento hubiera sido eliminado al completo. Pista: No.
Pero todo cambió cuando (repito, un mes después) llegaba la luna llena.

Iris asistiría. Era una especie de ritual que no podía olvidar y desde que habían vuelto a al curso se había prometido a su conciencia de que procuraría no faltar a ninguna de ellas.

Así que, esa mañana fue al Gran Comedor con dos tabletas de chocolate en su túnica porque sabía que Remus las necesitaría para aliviar el estrés.

Y como esperaba, en la mesa del comedor estaba Remus Lupin, como si estuviera sobreviviendo a la mayor resaca que iba a tener.

—Parece ser que será una noche tranquila.—bromeó Iris al llegar frente a él.

Remus levantó la vista de su revuelto de huevo deseando que lo rescatara de ese apestoso desayuno.

—Ja, ja, ja.—Remus rodó los ojos y pinchó un trozo de huevo.

Iris se dejó caer frente a él y sacó las dos tabletas de su chaqueta.

—No es el chocolate de Willy Wonka, pero es algo.—se lo pasó por encima de la mesa y rápidamente él lo abrió con ansias para darle un mordisco satisfactorio.

—¿Te he dicho lo mucho que te quiero?—dijo, aún con la porción de chocolate.

—A todas horas.—Iris sonrió e inclinó la cabeza.

—¿Para mí no hay?—Sirius asomó la cabeza a un lado de su hermana.

Iris negó.—Es todo para Remus.

Sirius volvió a sentarse normal con los brazos cruzados sobre su pecho.

—Hey. La semana que viene serán tus días especiales... ¡Quedarán dos semanas para nuestro último cumpleaños en el castillo!—Sirius hizo un fingido "Yupi" con los labios y siguió con su postura inicial.—Alegra ese rostro. Pareces Lunático... Sin ofender.

Remus levantó los hombros y siguió dándose el festín con el chocolate.

—Es que ya no sé qué hacer.—pasó sus manos por su rostro.

—Olvidarla.—ofreció el licántropo.

—Sería creíble si eso lo estuviera diciendo otra persona y no tú.—dijo Sirius haciendo que una pequeña tensión creciera entre los ambos Gryffindor, Iris y Remus.

Este último carraspeó y se levantó de la mesa.

—Voy a descansar. Me encuentro muy mal.

Sirius dió un empujón a su hermana que lo miró con mala cara pero rápidamente entendió el porqué de esa acción.

—Te acompaño.—dijo la chica.
Remus asintió de espaldas pues no quería demostrar la sonrisa que había nacido en su rostro.

Eso amaba de Iris.
Siempre sabía cuando necesitaba ayuda aunque nunca lo dijera, como había hecho al llegar con dos tabletas de chocolate sin siquiera pedírselo.

Juntos caminaron por los pasillos rozando sus dedos y notando la diferencia de temperaturas en ambas manos.

Remus parecía que iba a morir. Tenía el rostro mucho más pálido de lo habitual, sus ojos parecían estar al punto de desbocarse y además estaban inyectados en sangre.
Las personas en el pasillo instintivamente se cruzaban al otro lado por miedo, pero Iris nunca había sido así y no dejaría que eso ocurriera. A todas y cada una de esas personas les dedicaba una mala mirada amenazante que todos sabían que cumpliría si hacían algo más allá que cambiarse de lado.

¹ 𝗜𝗥𝗜𝗦 | 𝖱𝖾𝗆𝗎𝗌 𝖩. 𝖫𝗎𝗉𝗂𝗇 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora