Los 74º Juegos del Hambre

3.5K 220 7
                                    

Me acuesto en la cama, sabiendo que esta sería la última noche que voy a poder disfrutar de esta tranquilidad, de la exquisita comida y la comodidad de lo que incluso a empezaba a poder llamarlo como un nuevo "hogar" provisional. Cierro los ojos, al menos tengo que descansar, no puedo estar agotada para mañana, eso sería lo peor que puedo hacer, mas, cada vez que mis párpados se cierran, el terror llaga, el miedo me consume, y las pesadillas reinan en mi mente, despertándome sobresaltada cada poco tiempo. 

Después de horas intentando quedarme dormida, pienso que lo mejor ahora será ir a tomar un poco el aire, despejar todos esos miedos que se encuentran en mi interior, afirmarme a mí misma que no hay vuelta atrás, y solamente estoy empeorando la situación. No estoy preparada, lo sé a la perfección, pero igualmente quedarme petrificada al saber lo que me espera tan pronto como el sol vuelva a aparecer, no es una opción. 

Pienso todo esto mientras camino hacia el tranquilo lugar de la otra vez, donde nadie puede controlarme, donde estoy completamente sola. Yo y mis pensamientos. Suspiro repetitivamente para mentalizarme, y cuando estoy por llegar a mi destino, unas voces me sorprenden. No puedo comprender a la perfección de lo que están hablando, mas no tardo en confirmar que una de las voces es de Katniss. ¿Con quién está hablando? Intento afinar el oído, quedándome rota por dentro tan pronto como capto quién es el responsable.

Peeta. 

No sé como reaccionar, mas al ver lo bien que aparentan pasarlo, decido darme la vuelta. Mi corazón está partido en dos, destrozado, acabado... Me siento rota por dentro, sin poder pronunciar nada, notando como las lágrimas comienzan a amontonarse en mis ojos sin mi permiso previo, así que aumento el ritmo, corriendo hacia mi cuarto y llorando, llorando como nunca antes lo he hecho, sin querer despertarme. Caigo de cara en la mullida cama de seda, gritando como una loca y siendo opacada por la almohada, quien absorbe cada una de mis lágrimas derramadas. Al cabo del tiempo, agotada, caigo rendida, con el último pensamiento, la posibilidad de que tal vez, sí que estaba enamorada del hijo del panadero. 

Los leve rayos de sol que son capaces de traspasar las blancas cortinas impactan directamente en mi cara, obligándome a levantarme después de las pocas horas de sueño que tuve. Me quejo, mas soy consciente que por mucho que quiera quedarme en la cama, va a se inevitable lo que va a suceder pocos minutos más tarde. En el desayuno no hablo ni con Peeta ni con Katniss, y Luckas lo nota de inmediato. No quiero hablar con ellos porque por dentro aún me encuentro destrozada. Sabía que en realidad, entre Katniss y yo, ella era la opción más clara que elegir, mas me dolió, por mucho que no quisiera admitirlo antes, y la idea de darle la razón a Luckas está más que descartada en este momento. 

Nos subimos en una gran aeronave junto con otro grupo de gente, y, para mi suerte, o mala suerte, me toca al lado de Katniss, quien ya se había sentado en su silla, esperando que una de las mujeres de ahí la atendiera. 

- ¿Qué es? - pregunta al ver como le inyectan en el brazo un objeto. 

- Un chip. - es lo único que dice, ahora tocándome a mí.

Después de esto, bajamos, encontrándonos debajo de tierra y siendo dirigidos por unos agentes hasta el interior de las instalaciones, indicándonos poco después donde se encuentra nuestro estilista para prepararnos. 

Poco después, aún sumida en mis pensamientos, tanto yo como Katniss nos dirigimos en completo silencio hasta la pequeña sala donde Cinna nos vestiría y saldríamos a la arena. Poco tiempo me queda, pero no quiero hablarlo con ella. No esto enfadada, claro que no, ¿cómo voy a estarlo? No es su culpa, ni la de Peeta, pero aún así, no soy capaz de levantar la cabeza, y ella no parece querer comenzar una conversación. ¿Tanto nos ha separado este tiempo aquí? 

Los Juegos Del Hambre (Peeta Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora