8. Sin alas

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Cierto ángel enamorado esperaba la llegada de su amado demonio oscuro, hijo infernal. Cierto ángel, y no diré su nombre, ha tomado una decisión dolorosa.

Extirpó su ala.

El cambiar por un boleto al paraíso, una ala, su única ala.

Hyunjin mira con lástima, la desprendida ala de plumas blancas que yace con salpicaduras de sangre en el suelo de nubes que está pisando.

Observa todo lo que le hacía singular, su única cualidad y virtud arrancada de su espalda para ver los ojitos brillantes de Minho en una mueca de alegría que seguramente jamás olvidará.

Y sonríe con ánimo, una curva en sus labios que no decaen, decoran su hermoso semblante santo.

Cuando menos espera, voltea, ya que logra escuchar, casi inaudible, el ahogado sonido de unos pasos suaves en su dirección, acercándose sin premura, de las escaleras abismales, una cabeza de greñas azabache aparece lentamente entre tantas nubes blancas atravesadas en camino, con un pálido que sujeta un cesto de manzanas como si se fueran de picnic a algún lugar frutal o pastoso.

Aunque no era mala idea después de todo. Hyunjin sonríe con autenticidad y su corazón se acelera sin propósito en específico, y se acerca a abrazarlo fuertemente por lo que ocurrió consigo.

Minho no entiende porque de repente sentía como apretujaban su cuerpo, con un afecto desconocido, a lo cual, solo abre los ojos como platos redondos sorprendido de esa acción.

- Estás aquí Ho

El azabache asiente sin entender del todo su actitud y porque Hyunjin tenía los ojos medio aguados entre unas casi lágrimas, que no salían de sus ojos siendo retenidas torpemente.

Eleva su mirada oscura y el aliento se corta de inmediato, su respiración se detiene abruptamente moviendo su cabeza sin poder creerlo del todo. No veía el ala de Hyunjin, cuando buscó con la vista recorriendo el suelo suave nuboso, la pudo encontrar tirada sin cuidado, no estaba muy lejos de donde estaba parado.

- ¿Pero ... Qué? - el rubio se suena la nariz aliviándose, y toma su mano entrelazando sus dedos.

La toma con delicadeza, con amor y cariño, la toma con tacto y atención, para no soltarla nunca, quizás sea exagerado, pero ahora que dejó una cicatriz reciente de una herida en su espalda por arrancar su propia ala, necesita urgentemente sentir a Minho a su lado.

- Carga el ala, llévala contigo en el viaje, no te quemarás cuando entres si la llevas a todo lado.

Sus ojitos de luna le daban seguridad, sus ojitos de luna eran como una canción de cuna, Hyunjin le acaricia con su dulce voz, Hyunjin le mira con adoración enfocando sus ojos azulejos al demonio, para luego iniciar el viaje después de abrir silenciosamente el portón de oro con cautela y sutileza.

El demonio sigue en shock, no termina de procesar todo lo que ha tenido que hacer el rubio para encontrar una forma de entrar al paraíso, para llevarlo al cielo y demostrarlo un verdadero arcoiris.

Quizás otro demonio se hubiese aprovechado de la situación y burlado del ángel ante su ingenuidad, sin embargo el hilo rojo, aún pareciendo inútil, es como una vena de sangre, en dónde el amor casi infinito y puro de ese ser de luz es tanto, que lo termina transmitiendo a Minho, quien no sabe cómo reaccionar ante esos detalles ten significativos.

El pálido no dice ninguna palabra todavía, continúa desconcertado, no se supone que esto debería pasar, puesto a qué Hyunjin era un ángel y debería mantener ciertas distancia por ser de diferentes mundos, porque Minho es un ser maligno que debería estar maldito hasta el último de sus tiempos.

UN ÁNGEL Y UN DEMONIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora