Inevitable

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"Ya no puedo más"

Pensaba Beatriz mientras temblaba de los nervios en su oficina. Intentaba pensar con claridad, pero el tiempo se le acababa. Planeaba quizás decirle a doña Marcela que estaba descompuesta y no tenía hambre. Para ese modo pasar la comida en otra ocasión.

Pero eso no serviría de mucho, ya que de todos modos es retrasar lo inevitable. Sí, justamente, retrasar algo que de todos modos iba a suceder.

Temía que la odiara, temía que no le creyera, temía del propio don Armando. No obstante, estaba siendo cobarde. A lo mejor debería enfrentar la situación. Y con las fuerzas que tenía, se decidió en finalmente ir.

Tecleaba dividida en su trabajo y pensamientos, cuando de pronto tocaron su puerta.

-Adelante.

-Betty. ¿Podemos hablar?

-¿Qué necesita, doctor? -dijo sin despegar la vista de la pantalla.

-Betty, yo sé que usted no cree en lo que siento. De pronto usted piensa que estoy mintiendo. -se fue acercando- quiero aclararle, que no es así. Por eso, me gustaría que aclaramos algunos puntos en el almuerzo.

-Doctor, usted sabe perfectamente que me gusta alguien más.

-Beatriz, por favor.

-Ya le dije, no es inventado. Ni tampoco es Nicolás.

-Digame quién es. -Casi insistente.

-Eso no le compete, doctor. Ya se lo aclaré. No quiero estar envuelta en nada de esto. No siento ningun tipo de interés más allá de lo profesional por usted.

Armando sintió como su corazón poco a poco se diluía.

-Además, no puedo hacerle esto a doña Marcela.

-Usted sabe perfectamente que yo no amo a Marcela.

-Eso a mí no me interesa, doctor. Es su vida privada después de todo. Permiso, me voy a almorzar. -se levantó de su asiento.

Sin embargo, Armando la tomó del brazo y la acercó hacía él.

-Dígame, Beatriz. Dígame la verdad, ¿usted está con esa persona?

Betty lo vio a los ojos un momento.

-No, doctor. Así como usted aparentemente está enamorado de mí y jamás podrá tenerme. Yo estoy enamorada y en la misma situación. Por eso lo entiendo en parte, permiso. -dijo safandose del agarre.

Beatriz fue en búsqueda de Marcela, dejando a Armando perplejo.

2

Mario Calderón se acercó a presidencia a recibir noticias. Armando no estaba de humor para salir, pero su amigo insistió para que pudieran conversar del asunto y ver cuál sería su siguente paso durante el almuerzo:

-Bueno, ¿y usted por qué está agustiado? Se supone que empezamos este plan por la sospecha de Nicolás Mora. Ahora confirmamos que ni es el novio, y que Betty está lejos de tener uno. -dijo sonriendo de lado. - Quizás debamos dejar esto atrás.

Una historia distinta (Marcetty)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora