Capítulo Cinco.

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Harley.

La florería de Taylor en Londres estaba en proceso y se veía realmente hermosa por fuera, estaba en el centro de la ciudad algunas personas ya habían preguntado cuándo sería su inauguración ya que estaban curiosas por esta.

—Será un lugar hermoso.

—Si, si me ayudas a atenderlo, parece que en Londres los hombres y mujeres les gusta regalar flores.  ¿Has visto al inútil de Kinnaman?—preguntó mi amiga decorando un macetero.

—No, no he visto a Gavin desde que llegamos y espero no verlo tampoco su presencia me desagrada mucho al igual que la mia a él.

Taylor suspiró dejando caer el pincel a la mesa que tenia en su mano—. Yo solo quiero verlo para saber como es, ver si vale la pena llorar por él escuchando a Janis Joplin.

—Eres una bocona, ¿lo sabías?

—Un poco, sí. Tengo un regalo para ti—me extendió una tarjeta, al abrirla me sorprendí por lo que decía ahí dentro—. Son clases de natación para embarazadas, te relajas y el niño conoce por ti la piscina. Además que es bueno para el parto.

Besé su mejilla—. Es genial Taylor, pero creo que daré vergüenza cuando sepan que no tengo idea de cómo se nada. Se supone que es algo que sabes desde niña.

—Aprenderás a hacerlo, estás en el taller básico. Hubiera sido una perra si te inscribia en el intermedio.

—Entonces supongo que iré a cambiarme porque comienza en dos horas y mis trajes de baño aún están en la maleta.

—Ponte ese bello traje de baño marrón que te regaló tu madre o el rojo.

Asentí—. Bien, te amo Taylor.

—Y yo a ti Honey. Disfruta tu clase.

Caminé hasta casa agradeciendo internamente el silencio que me rodeaba cuando estaba a unas cuantas calles por llegar un auto se estacionó a un lado mío.

Gavin venía conduciendo.

—¿Quieres que te lleve?—miré cuanto quedaba por llegar y era poco pero quizá Gavin solo lo hacía por ser amable.

—Si, estoy algo cansada, así que acepto.

Me subí al auto de Gavin abrochando el cinturón de seguridad, escuché como puso el seguro en todas las puertas del auto y se adelantó a conducir alejándose de casa.

—Me quiero bajar Gavin. Ya pasaste mi casa—traté de abrir la puerta pero estaba muy bloqueada.

—No, primero vamos a hablar en otro lugar donde Ben no esté cerca.

—¡No quiero hablar contigo, voy a llamar al novecientos once si no me dejas bajar!

—No vas a hacerlo y tu y yo tenemos que hablar—se estacionó en la orilla de la carretera desierta mis manos sudaban y tenia miedo.

Sabia que el viejo Gavin no me haría nada pero este nuevo hombre en el que se ha convertido es un extraño para mi. Dejé una mano en mi vientre para golpear la ventana.

—Es inútil Harley solo quiero hablar.

—Dime lo que vas a decir pronto, tengo muchas cosas que hacer.

—¿Es de Ben verdad?—preguntó apuntando mi vientre.

—No, claro que no, no es de Ben. Es mi hijo y con eso basta. Llévame a mi casa.

Suspiró satisfecho por mi respuesta y se recostó en el asiento cerrando los ojos.

—Yo no quería ser el principal culpable de que vivieras infeliz aquí en Londres, la universidad comunitaria es buena pero no era suficiente para ti. Aspirabas a algo mejor y lo merecías—confesó aquello que pasó hace algunos años.

All You Need Is Love (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora