Capítulo Cuatro.

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Harley.

Taylor sonrió feliz extendiendo sus brazos en mi dirección.

—¿Qué tal estuvo Londres?

—Un poco tormentoso pero a la vez encontré algo de calma.

Arrastró mi maleta de regalos para ella por mi para entrelazar nuestros brazos—. Si, y supongo que esa calma estuvo acompañada de un guapo Kinnaman.

—No digas eso, mejor muéstrame los planos de tu nueva florería. He traído algunas cosas que van a quedar estupendas —entramos a su actual florería con la emoción a flor de piel.

Taylor había heredado esta florería de sus abuelas, quienes la criaron después de que sus padres murieran.

Lía y Hen eran las personas mas estupendas que llegué a conocer. Ambas eran tan alegres y desprendían bondad. Las primeras veces que vine a esta florería fue en busca de inspiración y la obtuve después de que me ofrecieran un café y me contaran de su tierna nieta.

Conocí a Taylor un año después de frecuentar el lugar, cuando venía aquí a diario para ayudar a sus abuelas cuando Hen enfermó. Puso una adorable cafetera dentro del lugar acompañado de algunas mesas, lo cual ha sido el lugar seguro para muchas personas que la visitan.

—Supongo que Rossie ahora tendrá una tetera y no una cafetera—me mostró los planos y el lugar donde abrirá su nueva florería en Londres.

—¿Es la que papá te sugirió?

Asintió—. Si, está en un lugar céntrico y es la única en el lugar. Además llevaremos mucha innovación de la gran manzana.

—Será hermosa, si se parece a esta lo será.

—Estuve pensando en dejarte a ti a cargo de esta sucursal, pero sé que estás ocupada con el libro así que le pedí a mi hermana que lo hiciera. El lugar de amor de las abuelas va a estar protegido.

—Hanna es mucho mejor que yo, así que podrás estar bebiendo té muy tranquila en una taza con el rostro de Henry Cavill.

Me acerqué a las mesas de las plantas más pequeñas y me di cuenta que allí había unas hermosos girasoles, estos llevaban una nota.

Lo leí para levantar una de las plantas.

"Girasoles para la amitad y la admiración"

—Esas son las últimas—señaló Taylor—, si quieres unas aprovecha ahora, por que la señora Parker seguro se las querrá llevar todas.

—¿Aún haces envíos a larga distancia?—pregunté volteando a verla.

—¿Que tan lejos quieres enviarlas?

Mire unos segundos el techo del lugar para suspirar.

—Londres.

Ben Kinnaman.

El último niño que había venido a clases de natación acaba de irse. Después de un largo día de trabjao tuve la satisfacción de arreglar algunas nuevas entradas al club para poder ir a casa.

Necesitaba un descanso. Mis músculos estaban rogandolo.

Había una parte de mi que no quería ir a casa, y es por eso que me quedaba solo mirando la piscina.

Casa, la casaa se había convertido en un lugar tan solitario y apagado desde que mamá se fue. Sus plantas estaban muriendo por más que tratara de regarlas ellas al parecer sentían la falta de mamá, y no solo ellas sino que todo aquel que la quería y conocía.

Mamá siempre fue una mujer adorable con un gran carácter y un amor incomparable, se vestía de santa para ir a visitar refugio de niños sin hogar y todo esto lo hacía junto a Eli. Ambas eran imparables, hasta que el cáncer las separó.

All You Need Is Love (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora