3. Malinterpretar

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Después de nuestra conversación, Cheryl me dejó descansar y salió de la habitación. Aunque sus palabras me habían tranquilizado un poco, pronto me enfrentaría a otro desafío: "el aburrimiento".



-¿Y ahora qué hago? Bueno, ni modo. No queda otra opción más que ver la televisión. ¡Madres, no hay ninguna televisión aquí! ¡Esto va a ser una pesadilla! -



Miré alrededor de la habitación del hospital, que parecía más un cubículo funcional que un lugar para recuperarse. Las paredes eran de un color blanco puro, y la luz de la mañana entraba por una gran ventana a la derecha, iluminando la austera decoración. Me pregunté quién había diseñado estas habitaciones sin televisores. ¡Una actualización debería estar en su lista de prioridades!



-¿Cómo puede alguien soportar esto? -, murmuré mientras miraba la pared blanca frente a mí.



Decidí que necesitaba una distracción, así que me puse a examinar la habitación en busca de cualquier cosa que pudiera usar para entretenerme.



El mobiliario era básico: una cama, una mesa con una silla, y una ventana que ofrecía una vista al jardín del hospital, pero para mi suerte con ambas piernas fracturadas no podía solo acercarme y ya, tenia que subirme a la silla de ruedas, sin embargo la ventana quedaba muy alta y me tapaba por completo.



Me resigne a quedarme en la cama, entonces miré la mesa junto a la ventana, donde había una revista vieja y un cuaderno.



-¡Eso es! - exclamé al darme cuenta de que la revista podría ser mi salvación.



Lo tomé con entusiasmo y comencé a hojearlo, esperando encontrar algo interesante. Para mi sorpresa, la revista estaba llena de anuncios y artículos aburridos, pero el cuaderno estaba en blanco.



-Perfecto, un lienzo digno para mis dotes de artista - me dije a mí mismo. Si no podía escapar de la habitación, al menos podría crear algo dentro de ella. Busqué en el cajón de la mesa y encontré un par de bolígrafos. Sin pensarlo dos veces, empecé a garabatear pero al cabo de unos minutos de nuevo estaba aburrido.



Sin nada que hacer, solo me puse a dar vueltas en la silla dentro de la habitación cuando escuché a alguien entrando.



-Ya vine, Nate -, dijo Cheryl al entrar con una expresión de alivio en el rostro.



-¡Cheryl, qué alivio que llegas! -, exclamé con entusiasmo. -¿Podrías considerar ¡sacarme de aquí, por favor!?



-¿Por qué? -, respondió Cheryl con un tono que parecía una mezcla de curiosidad y burla.



-¡Como que porqué, Cheryl, no hay televisión! ¿Qué se supone que haga mientras esté aquí? -, le expliqué, tratando de mantener la frustración fuera de mi voz.



-Lo siento, pero tendrás que quedarte en el hospital una o dos semanas, según lo que diga el doctor -, dijo Cheryl con una sonrisa comprensiva.

Por Azares Del Destino Trajiste Color A Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora