𝑽𝑰

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Admiraba la valentía de su hermanito, sinceramente el nisiquiera tenía planeado ensuciarse las manos por ese animal, y no es que sea egoísta, es que no le gustaba tocar animales muertos ni mucho menos recoger sus tripas por toda la calle

-¿Estás seguro de aguantar esto? -Kakuzu lo miró sorprendido-

-Claro que sí, Estás hablando con un varón -dijo, orgulloso-

-De varón solo tiene el género -murmuró Hidan para si mismo-

-Bien, ve adelante entonces

Naruto camino decidido hacia el venado muerto en medio de la carretera, pero al ver la sangre y los órganos esparcidos por el suelo, siente un nudo en el estómago y un mareo repentino. Da la vuelta y comienza a jadear, tratando de contener las arcadas que amenazan con salir. Konan se acerca rápidamente a él y comienza a darle palmaditas en la espalda, intentando ayudarle a recuperar el control.

-Valla varón -Hidan se dio el lujo de reír, viendo a Kakuzu acercarse al supuesto hombre-

- Recuperate -El joven rubio asintió aún con la cabeza hechada al borde de la carretera.-

-Varón o lo que quieras, pero no puedes controlar tus nauseas hacia la sangre -Comentó Deidara-

- No seas...exagerado -tragó grueso- Yo puedo

Caminó nuevamentente hacia el coche averiado, pero al ver uno de los ojos del animal cerca de su zapato Sintió como su garganta quemaba.

-No no puedo-Se tapo la boca, regresando al lado de la chica, quien le recibió nuevamente-

- Tranquilo Naruto, respira hondo, ya pasó. -le dijo en tono tranquilizador- Piensa en comida -Sugirió, arrepintiendose al momento cuando Naruto calló de rodillas con la mano en la boca- Okey okey piensa en otra cosa -se apresuro a decir-

Konan rápidamente comenzó a darle aire con las manos, tratando de tranquilizarlo. Kakuzu suspiró y se volteó hacia Deidara.

El doncel quien ya había visto a su hermanito con una expresión de disgusto en su rostro dio un vistazo al animal muerto y a la condición en la que se encontraba, y luego negó con la cabeza.

Kakuzu miró a Konan, esperando que ella estuviera dispuesta a ayudar, pero ella parecía estar concentrada en asistir a Naruto. Finalmente, su mirada se posó en Hidan, quien estaba de pie a un lado, observando la escena con expresión indiferente. El joven pudo notar la mirada de su pareja clavada en el, a lo que con una sonrisa de lo más amable le contestó.

-Ni madres

-Hidan, quita ese animal - le dijo con tono exigente-

-Deja que termine de vomitar -Sonrio con malicia-

El moreno se volteo hacia el, descuidando los brazos tomó con calma el rostro de su novio, juntando sus labios en un beso, necesitaba un recuerdo de la paciencia que dijo tener al inicio de la relación.

-Saca a ese animal. Animal- le susurró cariñoso, una vez separados-

-Hijo de-

~×~

Hidan se encontraba en cuclillas junto al coche, con las manos ensangrentadas por tratar de extraer el cuerno del venado que se había incrustado en la llanta. Maldiciones salían de su boca mientras forcejeaba con la llanta, tratando de liberarla. De pronto, sintió un fuerte dolor en la mano y al apartarla vio que se había cortado con un pedazo de metal salido del coche. Maldiciendo entre dientes, se limpió la sangre en sus pantalones y se sentó en el pavimento.

-¡Maldita sea! -exclamó Hidan, apretando la mano herida-

Resignado, suspiró y se sentó en el pavimento, a un lado del coche. El cansancio comenzaba a hacerse sentir en su cuerpo y su mente divagaba, esperando ver algún vehículo pasar por la solitaria carretera. Miró hacia ambos lados, sin éxito, y luego su mirada se posó en el cuerpo inerte del venado.

-Lo siento, venadito. -musitó, con un dejo de tristeza en su voz.-

El silencio de la carretera solo era interrumpido por el suave murmullo de los demás atrás de él.De repente, vio a Naruto alejándose, entrando en el bosque.

- ¿A donde demonios vas ahora niño? -murmuró para sí mismo, pensando que no era el momento para explorar-

Se giró hacia los demás y los vio conversando entre sí, sin hacer nada para ayudar. Suspiró frustrado, preguntándose qué diablos estaban haciendo.
Fue entonces cuando notó que Konan se acercaba hacia él, con una expresión preocupada en su rostro.

Los dos se quedaron en silencio por un momento, contemplando la situación complicada en la que se encontraban. Era evidente que no llegaría ayuda y tenían que buscar una solución por sí mismos. La chica le miró con determinación en sus ojos.

-Quieres- Se dio la vuelta un momento, inalando aire y luego volviendo a su postura anterior- Quieres ayuda para sacar el cuerno de la llanta- dijo ella con determinación, más sin en cambio el doncel solo la miro como si de un extraño ser se tratase para luego sonreír-

~×~

Aun sentía el ardor en su garganta, tal vez el aire de la naturaleza le ayude a volver a respirar sin que su estómago quiera escupir hasta sus órganos.

Otra arcada le atacó, mejor no pensaba en órganos de ningún tipo, y mejor se dedicaba a admirar el hermoso paisaje, como solía hacerlo en el fondo de pantalla de la computadora escolar.

Esta bien, el no salía demasiado, no reconocería siquiera a una planta de esas que con sólo tocarlas ya te estabas arrancando la piel de la picazón, ¡nisiquiera sabía la diferencia del cilantro y pereji! de hecho, no conocía ninguno.

-Ey chico, ¿a donde pensabas ir solo? -le preguntó Hidan, con los brazos cruzados cual madre enojada- ¿Y bien? -Preguntó al ver como el varón guardaba silencio-

-Por si no lo habias notado, mi estomago y yo necesitamos un tiempo a solas -Justificó-

-¿Tiempo a solas? -Irónico- A solas vas a estar con el animal que se te aprezca. No sabemos nada de esta zona Naruto.

-Exageras abuela -Comenzó a caminar de nuevo-

-¡Bien! -Rendido alzó ambas manos- Eso me pasa por preocuparme por mocosos malcriados

Vio al varón caminar hasta perderse al pasar un par de árboles, luego de haber desaparecido de su campo de visión decidió volver, ya después le advertirá a Deidara de su hermano.

¿¡Que estas haciendo?!

Sus pasos se detuvieron, ¿ese era Naruto?. Será idiota, ¿quién más estaría cerca?.

¡Oye, Déjame!

Regresando al lugar donde se había separado siguió hasta por donde vio al chico pasar, más no habia nadie alrededor.

Por otro lado, los demás trataban de encontrar algo que pudiera servirles, un radio, teléfono.
Señal, lo que sea. Hasta que a lo lejos escucharon un par de gritos aterrados, Sin pensarlo mucho tomó su teléfono y comenzó a correr en dirección del grito solo para encontrar una escena que les dejo completamente sorprendidos y alarmados.

°•Infierno por Obsesión•° 《ItaDei》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora