Capítulo 8

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De ahora en adelante la vida de Will estará llena de desafíos, como héroe deberá enfrentarse a los villanos más poderosos, deberá de ser valiente, inteligente y muy cuidadoso para no meter la pata en tiempos de guerra. Pero ¿cómo iba a proteger al mundo si ni siquiera sabía cómo invitar a salir a un chico?

O peor, ¿cómo invitabas a salir a Warren Peace?

Esto ya era territorio peligroso, no podía pedirle consejos a nadie porque está muy seguro que dirán:

"¿Te has vuelto completamente demente?"

Quizás sí, pero no necesitaba que alguien se lo recordara. Debía de mantener el secreto hasta saber qué hacer o cómo saldrían las cosas, hizo una lista mental de maneras de cómo decirle o las probabilidades de que a estas Warren se niegue. Él es un chico de pocas palabras, podía bastar con darle una carta como hace siempre, pero eso era increíblemente cobarde y ridículo incluso para alguien como Will.

—¿Estás bien?

Le preguntó Magenta con una ceja levantada cuando lo vio comiendo su tercera bolsa de papas, había estado comiendo por estrés mientras esperaba a que la última clase del día terminara. Desde que apareció su fuerza su hambre ha sido más constante y su apetito casi insaciable, su padre le había dicho que era normal pues sus músculos pedían más alimento para crecer, pero en esta ocasión no comía por hambre si no por nervios.

—Claro. ¿Sabes qué hora es?

—Solo dos minutos más desde la última vez que preguntaste.

—Oh, claro.

Tiró la bolsa vacía a la basura, se limpió las manos con unas servilletas y caminó un rato en círculos hasta que tuvo las agallas de buscar a Peace y hablar con él antes de irse, le dijo a sus amigos que iría al baño en un momento y cuando estuvo lejos de sus vistas comenzó a correr por los pasillos, tuvo extremo cuidado con no chocar con nada pues lo más probable es que lo destruyera sin querer. Vio al chico alto de cabello largo sacando sus libros del casillero y metiéndolos en su mochila, redujo la velocidad y peinó su cabello tratando de borrar evidencias de que lo había estado buscando como loco.

—Hey.

Llevó sus manos a su espalda mientras Warren se daba la vuelta para mirarle, antes de que pudiera decir nada el más alto habló primero.

—Gracias por el mensaje de esta mañana.

—Oh, sí, de nada. Es... no hay problema.

—Oye, te gusta la pizza, ¿verdad?

—Claro, me encanta. Pero, antes tengo que decirte algo importante, verás, yo...

—¿Quisieras salir conmigo hoy a un restaurante italiano?

—Me he estado preguntado si tú... espera ¿qué?

—Ir a comer juntos idiota, ¿eres sordo?

Pasaban cosas inesperadas en los momentos menos inesperados, pero aquello le tomó al pequeño castaño más de lo que debería.

—¿Me... estás invitando a... salir, de salir?

—Es lo que dije.

—Yo... tú y yo... digo ¡sí! Claro, me encantaría, bueno, eso... estaría bien, sí.

—Bien, ¿a las 7:00 quisieres que pase por ti?

—Creo... que es mejor reunirnos en un sitio, no quiero tener que estar en un interrogatorio con papá.

—Claro, lo olvidaba, seguramente tu padre te quiere a millones de kilómetros lejos de mi, y me odia tanto que no lo pensaría dos veces antes de llevarme con el Baron.

Dancing KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora