𝕮𝖔𝖓𝖓𝖔𝖗 +18

5 ; touch me +15

Connor e Irina se encuentran en un momento íntimo y...

—Hola, Detective, le traje unos pap...—fue interrumpido por el empujón que Irina provocó tomando su corbata y trayéndolo hacia ella.

Sus cuerpos se pegaron y Connor la ojeó aturdido, sus palabras se ahogaron y su boca se cerró por la sorpresa.

Irina cerró la puerta detrás de ella.

—Connor...te extrañe.

—Yo también, Detective. Q-quería traerle unos papeles sobre la evidencia recientemente tomada en la escena del crimen. ¿Le gustaría que se las dé ahora o en otro momento?

—Podemos verlo en otro momento. —Irina comenzó a caminar hacia adelante, Connor hacia atrás para evitar chocarla.

—Como usted desee, Detect...—Irina tomó la barbilla de Connor y comenzó a besarlo lentamente.

La led del rk800 comenzó a parpadear en amarillo, y finalmente sus ojos se cerraron, disfrutando del beso y correspondiéndole mientras ambas bocas se complementaban perfectamente. A Connor le gustaba, y podía presenciar cierta desviación en su sistema.

Ambos retrocedieron mientras seguían sujetados en aquel lujurioso beso. Connor cayó en la silla e Irina se posicionó frente a él, manteniéndose parada. El dedo femenino se deslizó por los labios de Connor, mientras ambos se fijaban la mirada con entusiasmo.

—Ah, Connor, mira esos ojos tan brillantes e inocentes. Recuerdo que me enamoraron desde un principio. —sonrió y se sentó en el regazo de Connor.

El androide no decía nada, solo se dedicaba a observarla con atención y, ¿Deseo? Así le había explicado Hank, ¿así se sentía el "deseo"? Era muy emocionante y sentía demasiado calor en su cuerpo.

Ambos detectives se fundieron en otro beso, esta vez más salvaje y necesitado. Las manos de Connor se deslizaron desde el cabello de Irina hasta terminar por posarse y mantenerse en la cintura de la chica.
La humana suspiró y se separó para recuperar aire. Cruzaron miradas hambrientas y volvieron a juntar sus labios con desesperación, esta vez agregando sus lenguas, sintiendo estás en conjunto y sus cuerpos rozándose, despertando en los dos una alta sensación de calor y excitación.

Una de las manos de Irina sostuvo las mejillas de Connor, mientras que con la otra mano se dedicó a acariciar el pecho del androide.

Palpitaciones y fuego aparecieron en sus intimidades, indicando que frotarlas ya había sido suficiente, necesitaban más si querían saciar aquella sed.

Connor levantó sus caderas levemente, apretando su erección contra la entrada de Irina, quién gimió y mordisqueó el cuello del detective.

La puerta se abrió bruscamente, haciendo que los detectives se levanten bruscamente, con sus ropas y cabellos desordenados. Las gotas de sudor y respiraciones agitadas los delataron, sin mencionar la posición en la que habían estado.

—Los estaba buscando, ya veo porque no aparecían. —dijo Hank con asco y apartando la mirada de ambos. —Apurense y cuando terminen los veo en mi escritorio. Ah, malditos calenturientos. —murmuró y cerró la puerta.

—Esto seguirá, Connor.