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Sean todes bienvenides al último capitulo de "Henry, las casualidades no existen".

Para la historia he creado un playlist en Spotify; mi user es A2che6, la lista se llama HLCNE, es algo tarde para ello, pero si gustan ambientación para leer el capítulo, adelante. 

Les espero abajo para los agradecimientos. Sin nada más que decir, disfruten la lectura.

***


—¡Todos de pie! —habló un policía desde el fondo de la sala.

Todos se pusieron de pie, expectantes ante el dictamen de la jueza que resumiría los pasados 4 años.

—Caso Manchester, 3288. Por la guarda y custodia de la infanta Phoebe Rosse Manchester, junto a la prueba de consanguineidad de ambos padres.

Las palabras de la jueza llegaron fuerte y claro a todos los presentes en la sala, pero a Raymond no le importó, pues sabía lo que los resultados dirían. Él estaba de pie al lado de George en el extremo izquierdo; ambos portaban trajes similares, uno azul oscuro y el otro uno marrón con detalles beiges. Del lado derecho se hallaban Agatha y su abogada. Detrás estaban los familiares de las dos partes.

Después de la presentación del caso se les permitió tomar asiento; fue entonces que las memorias de los juicios pasados, así como así, regresaron a su cabeza. Raymond oía que los abogados discutían sobre la situación, pero no podía escuchar. Su cuerpo estaba presente, pero su cabeza repitió la primera audiencia.

El otoño había llegado y los lazos entre Raymond y Agatha se habían roto hacía tiempo, y Ray creyó que habían superado los malos ratos y que ella le daría el divorcio. Sin embargo, octubre lo sorprendió con una demanda de alimentos del juzgado de Swellview. Se presentó y contactó a George por primera vez.

Se presentó el caso y comenzaron los cuestionamientos. Ambas partes contaron su parte de la historia hasta que en algún momento llamaron a Agatha para testificar. Se usaron muchos tecnicismos que en su mayoría logró comprender, pero todo seguía sin parecer real.

Después de lo que parecieron horas, fue turno de Raymond.

—Señor Manchester, ¿es cierto que es usted homosexual? —la abogada West estaba realmente comprometida con su papel, eso hizo reír suavemente a Raymond.

—Puedo asegurarlo, sí.

La licenciada frunció la boca.

—Y por lo que tengo entendido, usted mantuvo relaciones sexuales con Agatha Rosse, de soltera Gray, ¿no es cierto?

—No lo sé. Estaba demasiado alcoholizado como para recordar algo —George hizo un ademán antes de acomodarse la corbata. Estaba incómodo.

—¿Entonces cómo usted asegura que es niña no es suya?

Se le escapó una sonrisa irónica.

—Porque precisamente no recuerdo haber estado con Agatha es que lo digo. Como ya le dije, soy gay y dudo haberme acostado con una mujer —Raymond la veía directo a los ojos, sin miedo.

—Señor Manchester, ¿hay alguna posibilidad de que usted se haya encontrado bajo la influencia de alguna droga recreativa durante la relación sexual con mi clienta?

—¿Droga recreativa? Claro que no. Solo fumo tabaco.

Recuerda haberse sentido abrumado y que George había gritado objeción. El golpeteo del mallete lo devolvió a la realidad. La jueza llamó a traer las órdenes de consanguineidad, haciendo afirmaciones sobre lo que pasaría en caso de ser o no compatibles y el seguimiento que se le daría al caso entonces. Honestamente no entendía para qué daban un veredicto definitivo, pues debido al artículo de Henry ya todos sabían que Rosse no era su hija, sin embargo, George le explicó que era necesario hacer la revelación delante de una jueza, pues de otra forma se consideraba como difamación.

Henry, las casualidades no existen [Henray]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora