Blue Bus [JongSang]

2

¿En qué rayos estaría pensando?

¿Por qué creyó que sería buena idea tomar el autobús esa mañana?

Puede que ayer pareciera divertido y emocionante luego del calor que se extendió en su pecho cuando YeoSang le regaló ese pastelillo, sin embargo ahora, con YunHo dándole suaves codazos y sonrisas burlonas mientras esperaban en la parada solo hacía que quisiera llamar a un taxi y olvidar toda la situación. 

Lamentablemente, el autobús apareció en su campo de visión y siguiendo los pasos de su amigo, subió a ese vehículo de gran tamaño que logró hacerlo rechinar los dientes en cuanto puso un pie dentro. 

—Sabes, luces muy bien cuando haces esa cosa ¿cómo se llama...? —preguntó YunHo a la nada—. Ah, sonreír, sabes cómo funciona ¿verdad? —bromeó aún si arriesgaba un pellizco en su brazo. 

—Siéntete especial, porque debo tenerte bastante estima como para soportar esto antes del trabajo.

—Me amas —revoloteó sus pestañas de forma dramática luego de que ambos pagaran y encontraran un sitio donde sentarse—. Pero sé que en realidad estás haciendo todo esto para ver a mi lindo y angelical nuevo mejor amigo. 

JongHo sintió el calor acumularse en sus mejillas. 

—Creí que yo era tu mejor amigo —comentó en un intento por cambiar el rumbo de la conversación.

Pero por supuesto que YunHo no lo dejaría pasar.

—Yeo me trata mejor.

—Solo... no agobies al pobre chico.

—No soy yo el que lo miraba como si fuese el amor de mi vida —se burló—. Pero no puedo culparte, es decir, es muy lindo ¿verdad?

JongHo sabía lo que su amigo y vecino de años estaba haciendo, y estaba poniendo a prueba sus límites. 

La verdad es que su amistad con YunHo era extraña. Es decir, eran personas muy diferentes en ciertos aspectos, y muy similares en otros.

Donde YunHo era extrovertido, burbujeante y sociable, JongHo era un poco más reservado y selectivo a la hora de interactuar con las personas.

Ambos tenían un humor bastante tonto, no iba a negarlo, así como compartían su gusto por algunos videojuegos y ciertos deportes.

Fuera de las pequeñeces, YunHo era realmente su amigo más preciado. A veces dudaba de quien era el mayor entre ellos, pero pese a todo, lo respetaba mucho y siempre le agradecería por haber estado apoyándolo en lo que hiciera falta desde que ambos se conocieron en la universidad.

Pero por mucho que lo quisiera y respetara, no quitaría el hecho de que se vengaría por esto.

Sintió los ojos ajenos fijos en él.

—¿Qué?

—Nada.

—¿Por qué me miras de así? —preguntó con una mueca—. Deja de sonreírme de esa manera, no lo hagas raro.

—Solo admite que te flecharon ¿por qué se te hace tan terrible reconocerlo?

—Hyung, madura.

—Oh, hablando de nuestro ángel.

JongHo giró su rostro hacia la puerta del autobús tan rápido que jura que pudo haberse roto el cuello.

Tan dramático como se sentía, la decepción en su rostro no se pudo ocultar cuando entre los nuevos pasajeros, ninguno era YeoSang.

—Ah, espera, olvidé decirte que hoy lo autoricé a llegar más tarde —comentó YunHo con una sonrisa insinuante y un tono cargado de diversión.

Jodido Jeong YunHo.