⚠️ En este capítulo hay descripción explícita de heridas y sangre, y se relata un ataque de odio. Si estos temas son delicados para vos, te recomiendo no seguir con la lectura, yo solo cumplo con el deber de avisar.
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Después de aquella pelea, Lionel no volvió a aparecer en la biblioteca. Y muy a su pesar, aunque intentaba convencerse de lo contrario, Pablo se encontraba esperándolo todos los días.
Mientras iba y venía entre los estantes, mientras atendía a los socios, mientras preparaba el mate del desayuno, lo único en lo que pensaba era en él. El cordobés mordía ansiosamente sus labios, repitiéndose mentalmente a sí mismo que no lo necesitaba, que estaría mejor sin él, que no era más que un nene de papá con una visión estúpida del mundo y que interrumpía su trabajo para hablarle de cosas que no le interesaban. Y aún así...
Su interior estaba dividido en emociones opuestas e increíblemente intensas: cada vez que recordaba las palabras que le había dirigido, su actitud arrogante, su insistente discurso respecto al dinero, la sangre le ardía en las venas hasta llegar al punto de hervor, y todo lo que quería era lanzarle encima un estante con todo y libros, o mejor aún, ahorcarlo con la bufanda que había olvidado, todavía colgada en el respaldo del sillón. Pero al mismo tiempo, no podía sacarse de la cabeza la sensación de sus labios posándose sobre su mejilla, la manera desvergonzada en la que lo miraba, esa estúpida sonrisa canchera que le movía el piso como nadie...
La campanilla de la puerta sonaba y Pablo se ponía de pie con cierta ilusión, esperando que fuese él pero sin éxito. Los días pasaban y la esperanza se iba apagando de a poco. "No vuelvas más" le había dicho, y quizás estaba cumpliendo su exigencia al pie de la letra. Y lo que más le molestaba era darse cuenta de que realmente deseaba que volviera; igual de tonto y burgués que siempre, o arrepentido y dispuesto a pedirle perdón de rodillas, o disfrazado de mendigo, o con un traje elegante, no le interesaba la manera. Solo quería que tocara la puerta.
Su deseo se vió cumplido exactamente siete días después... pero no en las circunstancias que esperaba.
Era entrada la tarde, sobre el horario de cierre, al final de una aburrídisma jornada de Jueves de la primera semana de Julio. Una lluvia impresionante caía sin respiro contra el camino de piedra, inundando el moribundo jardín y rebalsando las canaletas construidas con poco ánimo. El temporal nunca venía solo, por lo que un fuertísimo viento hacía golpear los pesados postigos entre sí y estremecía las copas vacías de los árboles, haciendo remolinos con las hojas secas del piso. Sacudiendo los vidrios con su potencia, los relámpagos y los truenos eran muy constantes, tanto que casi no había dos segundos de diferencia entre ambos.
Pablo temía que la luz se cortara en cualquier momento, por lo que se apresuró a apagar el fuego de la chimenea, cubriendo los carbones con un protector; cerró fuertemente la ventana de la pobre cocina y tapó los estantes con los enormes plásticos que utilizaba para preservar los libros de la humedad. Estaba a punto de subir al primer piso para chequear si ya había alguna gotera en actividad, cuando escuchó unos golpes desesperados en la puerta. Quiso pensar que quizás era un error o alguien equivocándose de lugar ("¿quién carajo sale con esta tremenda tormenta?" pensó), pero los aporreos se repitieron con más fuerza, asustándolo. Pensando que podía ser la policía, su jefa o Atenea envuelta en algún apuro, el cordobés corrió a abrir a toda velocidad, su corazón latiendo rápidamente. Enorme fue su sorpresa y su pánico al ver lo que había del otro lado.
Lionel, bañado en sangre.
La tenue luz de la calle era suficiente para hacer visible el líquido rojizo, brotando como un manantial inagotable de por lo menos diez heridas diferentes en su cara, su pecho y sus brazos. Tenía un ojo increíblemente morado e hinchado y el labio partido, y temblaba, temblaba como nunca lo había visto mientras se abrazaba con fuerza a sí mismo, chorreando agua de pies a cabeza.
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Escalera de caracol [Scaimar]
FanficLionel Scaloni es un modelo famoso, un niño mimado por sus padres y rodeado de lujos, que jamás conoció el hambre o la miseria. Por eso, cuando entra a una biblioteca recóndita de Buenos Aires y se encuentra con el joven y humilde bibliotecario Pabl...