You Are so Pretty [YeHyun]

♂♀ ERES TÚ ¿VERDAD? ♂♀

Quizá él había sido el único en notarlo. Los demás parecían estar demasiado ocupados en sus asuntos como para darse cuenta de que algo como eso acaba de suceder. 

Vio como el castaño permanecía inmóvil mientras que él también intentaba quedarse quieto. Estaba casi seguro de que nadie le había visto esconderse detrás de las colchonetas, pero por sí acaso, dio un par de pasos hacía atrás para que el contrario no le descubriera. Sus ojos enfocaron las delgadas manos del pálido chico. Se dio el tiempo de apreciar por un pequeño instante aquel singular tono azul en su dedo meñique antes de que el castaño contrajera sus dedos. 

¡Te tengo! Repitió para sí mismo mientras apretaba sus labios.

Quizá se estaba apresurando en pensar de esa manera. Quizá era algo pronto para creer que tenía las pruebas suficientes como para desenmascarar a Cho. Bueno, al menos ahora tenía la seguridad de que no se había tratado de su imaginación. 

La castaña y Cho KyuHyun eran la misma persona.

El cuerpo del castaño se tensó, al mismo tiempo en que sus ojos se agrandaban. Daba la impresión de que había escuchado sus pensamientos, algo imposible, ya que ni siquiera era consiente de la presencia del pelinegro. Ante ese descuido se sintió descubierto, y sus movimientos comenzaron a volverse descuidados. Parecía que no sabía comos reaccionar, o que hacer ante ese descuido que le dejaba en evidencia; no solo ante el contrario sino ante todo el mundo. Cho apretó su mano derecha con fuerza, mientras que con la otra trataba de sostener el balón contra su pecho para que éste no fuese a caerse. El pelinegro le vio correr hacía donde se encontraban los demás, a donde sus amigos continuaban llamándole; este no podía simplemente salir corriendo, aquello solo le haría verse más sospechoso.

El pelinegro esperó a que el castaño se alejara, solo entonces salió de su escondite a pasos lentos. Guardó su celular en su bolsillo y fingió que nada había pasado, que realmente no había estado espiando a nadie. Se dio cuenta de como el castaño le entregaba el balón a uno de sus amigos y como Intercambiaban algunas palabras, pero debido a la distancia no pudo escuchar nada. El castaño se alejó hasta una de las esquinas de la cancha de baloncesto. Le vio ponerse en cuclillas mientras que con sus manos rodeaba sus rodillas. 

Su mirada se había tornado en un semblante que nunca antes le había visto.  

Tenía la mirada perdida. No parecía tratarse del chico despreocupado de siempre, y de nuevo, nadie pareció darle importancia. Mientras que cada quien se hacía cargo de lo suyo, y el tiempo seguía transcurriendo, la mano de Cho no se aflojó ni un solo segundo. 

El estado del castaño no parecía ser el mejor. No era nada parecido a lo que todos estaban acostumbrados, incluido él. Se sintió tan estúpido al querer ir hasta allí a preguntarle sí se encontraba bien. Ellos ni siquiera eran amigos; vamos, ni siquiera habían tenido una conversación real desde que se conocían. Incluso decir "conocían" era demasiado intimo como para describir su relación.  

Sí lo pensaba, el castaño siempre le había parecido el tipo de persona simple pero amable. Estaba casi seguro de que sí iba hasta allí a preguntarle sí se encontraba bien, éste terminaría por responderle que lo estaba, y él haría un esfuerzo por convencerse de que le estaba diciendo la verdad.