👔 UNIFORME DE ULSAN 👔

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Yesung observó lo esquiva y nerviosa que parecía la actitud del castaño. Se quedó de pie algunos segundos mientras veía como como Shim y Choi le seguían a pasos apresurados. Escuchó como éstos le preguntaban sí se encontraba bien, pero el más alto no respondió. 

Con la mirada perdida en el camino por donde los tres chicos se habían ido, no le quedó de otra que regresar a su pupitre. Faltaban diez minutos para que diese inicio la próxima clase, así que dio un último bocado a su almuerzo, metió sus cosas a la mochila y salió del salón. 

¿Qué sucedía con el castaño? Se preguntó mientras caminaba por los pasillos. 

Conforme pasaban las horas, entre lecciones aburridas y pruebas imposibles, siempre se encontraba tratando de encontrarse con la mirada del contrario, pero éste simplemente le esquivaba, como si estuviese fingiendo que no existía. 

Lo estaba evitando.

Era más que obvio, y por supuesto, sabía que el chico tenía razones de sobra para actuar de esa manera. Por más incómodo que le resultase saber que Cho se sentía de esa manera respecto a su presencia, no le quedó de otra que tratar de mantenerse al margen. No había sido su mejor idea. 

Por más que lo intentaba, su perseverancia no era la misma que la que mostraba el contrario. No le era nada sencillo hacer de cuenta que el castaño no se encontraba justo frente a él en el mismo lugar de siempre. No se le daba bien fingir que no sentía un cosquilleo cuando giraba a verlo. 

Él se encontraba lidiando con sus propios problemas, para el castaño no era muy diferentes. Era notable lo tenso que se encontraba el más alto. Lo parecía incluso cuando le veía reír a la par de sus amigos, o cuando su mirada se perdía en el horizonte detrás de las cortinas que cubrían la ventana del salón de clase.  

Lo más seguro era que se encontraba de esa manera por su culpa. Por esa penetrante mirada que le asechaba a sus espaldas. Aún sí era de esa manera, el castaño no giró en ningún momento, ni siquiera para advertirle que se detuviera. Aún cuando lo hubiese hecho, no era como si él pudiese evitarlo. Aunque Cho lo ignoraba, éste parecía tener una especie de magnetismo sobre él que le impedía concentrarse en cualquier otra cosa. 

El pelinegro se sentía de esa manera aún cuando no podía estar cerca de él,  cuando no podía hablarle, incluso el mirarlo parecía incomodar al contrario, como sí le resultara desagradable.

Yesung nunca había experimentado algo parecido, o bueno, no de la manera tradicional en que se experimentan ese tipo de cosas. Lo más cercana a ese sentimiento era el que había escuchado en algunas letras de sus canciones favoritas. Jamás imaginó que pudiese llegar a empatizar con dicho sentimiento. Éstas canciones no eran completamente su estilo. Sobre todo, tampoco creyó que un sentimiento así pudiese estar relacionado con la existencia de un chico. 

Cho era un chico, de eso no había ninguna duda. Para su desgracia, y por muy extraño que fuese el solo pensarlo o decirlo, este mismo chico le resultaba tremendamente lindo vestido como una chica.

Ahhh...esto va a acabar conmigo. Pensó, dándose cuenta de que cada vez le resultaba más fácil admitir aquello, aún cuando solo pudiera decirlo para sí mismo. Estaba de sobra decir o estúpido que había sido al decir esas palabras en voz alta. Después de ese momento, solo había echado todo a perder. Era como sí estuviese buscando lanzarse al vacío aún cuando le costaba tanto tratar de mantener el equilibrio.

You Are so Pretty [YeHyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora