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CEMENTERIO. 7:10 AM

— Me tiré un pedo el otro día que sonó exactamente a como solían ser los de mamá —dije mientras observaba la tumba de mamá frente a mi, con Gemma a mi lado.

— ¿Una puerta abierta o la de un pato sospechoso?

— Puerta abierta —Gemma hace una mueca de desagrado.

— Eso significa que obtuviste el trasero de mamá.

— Dios, sería un afortunado. Mi trasero se cayó hace tiempo, antes mis pedos solían ser como —hago una mímica con mis manos— fuertes, ahora solo luchan por salir.

Gemma me mira con el ceño fruncido.

— Hace tres años que no me tiro un pedo —la escucho murmura. Decido ignorarla, y saco una cajita con un pastelito de mi bolsillo del abrigo.

— Feliz cumpleaños. —le extiendo el pastelito a Gemma y esta solo me observa.

Ella no se lo comerá.

— Gracias —lo toma y comienza a comérselo.

Wow.

— Así que —termina de masticar para mirarme— Llega a las 7:30, de acuerdo?

— Si, ya recibí tu correo.

— Es realmente un cumpleaños de negocios, no será algo divertido así que no esperes una fiesta —termina de comerse su pastelito.

— No lo haré.

— Y deberías no usar esas ropas provocativas que sueles llevar —me mira seriamente— y no bebas demasiado. Irán unos socios de Finlandia, entonces la fiesta sería básicamente de negocios.

Asiento a lo que dice.

¿Ropa provocativa? Por favor.

Siento su mirada en mi, y me giro a verla.

— ¿Qué?

— Es muy inapropiado correr por un cementerio —menciona al ver mi vestimenta de hacer ejercicio.

— ¿Por qué?

— Es como una burla, pareces que alardeas tu vida.

Ambos nos ponemos a mirar la tumba. Gemma toma un respiro hondo.

— No puedo esperar más a envejecer.

— Si te sirve de consolación, luces mas mayor de tu edad. —ella me mira por el rabillo de su ojo.

Suena el teléfono de ella, y veo como lo saca de su bolso.

— Lo siento —dice mirando la tumba. Luego me mira y dice: Lo siento.

Toma la llamada y se aleja.

Mi mamá murió hace tres años. Se sometió a una mastectomía doble, pero nunca se recuperó realmente. Fue especialmente difícil porque ella tenía unos senos increíbles.

Gemma vuelve a sentarse en la banca.

Mi hermana tiene unos grandes senos.

— ¿Qué Peter te dará de cumpleaños?

— Cualquier cosa estará bien.

— ¿Qué? —la observo incrédulo— ¿No habrá nada de acción?

— Todavía tiene esa cosa en su— se detiene y se remueve incómoda en la banca.

— ¿Qué? —la miro con diversión.

— En su— me mira con fastidio.

— Vamos, puedes decirlo.

— No necesito decirlo.

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