E P I L O G O

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Lo que muchas estaban esperando...✨✨

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Atenea

Me sentía en una dimensión casi irreal. No lo podía creer, o sí.

Tenía a más de cinco personas preguntándome y pidiendo mi opinión para la boda. Todo se estaba haciendo a mi gusto y mis exigencias, así lo decretaron mis prometidos.

Mis prometidos.

Una sonrisa boba me crecía en el rostro cada vez que pensaba en eso. Una pequeña parte de mi sigue sin poder creerlo.

Parece que fue ayer cuando estuve frente al altar, casándome con ellos sintiéndome miserable. Esta vez mis prometidos se encargaron de darme la experiencia completa. Estaba planificando mi segunda boda, una boda que esta vez sí deseaba.

Me sentía feliz.

Esta vez, a diferencia de hace meses, si deseaba casarme. Me iba a casar con los mismos hombres que me compraron, sí, pero con el tiempo aprendieron a amarme, y yo a ellos. No puedo decir que seguía teniéndoles resentimiento, porque no es así. Maxim y Alexei estuvieron horas y horas, después de cada pequeña crisis de resentimiento que me daba cuando recordaba lo que me hicieron, explicándome todo 100 veces para dejarme claro que me amaban.

No fue la mejor manera de llegar a mí, claro que no, pero consiguieron mi corazón, y yo el de ellos, y juntos, los tres, tenemos un hijo precioso, que en este momento está con Anne, durmiendo.

Creo que Anne se compadecía de mí, porque estaba a punto de mandar al diablo a todos, menos a mi hijo.

En cuatro meses es la boda, y siento que todos a mi alrededor son unos incompetentes.

¿Cómo no pueden entender que quiero que la gama de color sea rojo y blanco, nada más?

—¿Blanco hueso o marfil?

—¿Rojo burdeo o rosal?

—Blanco nieve y rojo sangre. —le respondo a ambas chicas con brusquedad, antes de girarme a escoger las invitaciones. Estaba indecisa sobre hacerlas en papel o en un cristal.

—Pero...

Giro mi cabeza y le observo directamente. La chica ni siquiera me sostiene la mirada, y yo tengo que retener mis ganas de mandarla a la mierda.

—Si la siguiente palabra que sale de tu boca es una excusa, estás despedida. —le espeto con voz fría. Estaba harta, y Alexei y Maxim habían desaparecido luego del desayuno a encargarse de sus negocios.

Estaba estresada y ellos se iban. Llevo algunos días esquivándolos porque estoy más concentrada en los preparativos, pero ellos desaparecen como humo después de desayunar juntos.

No soy ignorante, y sé que están resolviendo algunos problemas con los griegos, que volvieron a robar mercancía rusa, pero me gustaría un poco más de apoyo. Es una boda y una ceremonia donde debemos involucrarnos los tres

—Las servilletas blancas...

—¡No! ¿Cómo vas a poner servilletas blancas? —miro a la chica como si fuera ridícula, aunque lo es. — Las servilletas son rojo sangre, y los floreros blanco nieve, junto a los centro de mesa.

—Si, señora. —la chica baja su cabeza y se aleja.

Suspiro con fuerza, pidiendo paciencia a la diosa Atenea, y luego me dedico a observar mi IPad donde prepararon distintos tipos de invitaciones. Hago una mueca mientras deslizo mi dedo. Ninguna era de mi gusto.

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⏰ Última actualización: Nov 08, 2023 ⏰

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Amor Entre Mafias |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora