C A P I T U L O 43

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ATENEA.

Han pasado cuatro horas. Son las 8:30 de la tarde. Y todas esas horas las he pasado encerrada en mi despacho bebiendo alcohol.

Mi mejor amigo en este momento.

Estoy abrumada con todos los papeles que hay en mi escritorio y no tengo cabeza para resolver todos los contratos que tengo ahora. Debería despedirme de la empresa.

Rio por ese pensamiento. La cabeza me da mil vueltas y creo.... que terminé una botella de whisky. El vodka lo dejé en.... no sé dónde, pero ahora el whisky me basta.

Ahora lo que me falta es terminar los papeles que me dejó Laura. Irónicamente me dijo que tenía que revisar las renovaciones de contratos de algunos empleados más cercanos. Eso más bien debería hacerlo recursos humanos.

Pero soy la jefa, la Boss.

Mis pensamientos son interrumpidos por gritos.

—¡Atenea! ¿Estás aquí? —ese es Alexei.

Ahora me viene a buscar. ¡Estupendo!

Que se vaya y se quede con su hermana.

Estúpidos.

—Hermano, no está acá. —ese es Maxim.

—La camioneta está afuera, debe estar aquí.—ese es Dimitri.

—Pues no está. Su habitación está vacía, la piscina, el jardín, la cocina. Todo está vacío.—ese es Vladimir. Se escucha muy alterado, algo raro ya que es como un payaso.

—¿Su oficina?

Se acercan varios pasos y yo trato de esconderme. Se escuchan forcejeos y golpes.

—Está cerrada. Debe estar aquí. —se escuchan varias voces que no comprendo.

Los oídos me zumban y mis ojos están entrecerrados.

—Atenea siempre deja esa puerta cerrada, hombre. —dice Vlad.

Trago lo que queda del vaso y me sirvo un poco más, pero el vaso se me resbala y hace un estrepitoso ruido.

—¿Que fue eso?

—¿Escucharon eso?

—Vino de ahí adentro.

—Hagan silencio, tontos. Dejen escuchar que hay adentro.

—Si, quizás se encerró ahí.

Tapo mi boca para que mi risa no se escuche. Tan lindos, preocupándose por mí. Hubiera sido bonito que lo hicieran antes.

Espero unos minutos mientras ellos se van, y cuando lo hacen yo me desplomo en el sillón de la oficina, con la botella a mi lado.

Suspiro y cierro los ojos bebiendo de la botella.

La buena vida.

*****

Puta vida.

Mi cabeza duele como los mil demonios, parece que me hubieran pisoteado quinientas veces la cabeza.

Me giro y....

Joder.

Caigo al piso con botella y todo. Un ruido seco es lo que se escucha y estoy segura de que es mi mano.

Toco mi cabeza y me levanto con una mueca. Me duele todo.

Supongo que me quedé ayer trabajando en los papeles y bebí de más, porque la cabeza me duele como el carajo.

Amor Entre Mafias |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora