Capítulo 8: Héroes Olvidados

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Uroboros brillaba intensamente y se movía al son del viento de aquel oscuro lugar, estremecía cada parte de mi cuerpo que ya de por sí, estaba impactado por el raro fenómeno que ocurrió.

Poco a poco el amuleto cesaba su movimiento, se podía ver los reflejos de aquel rayo de luz que bañaba a Uroboros, se tornó tan brillante que pude ver mi reflejo en él. Oh Sorpresa era una versión mía de adulto.

En ese momento Uroboros se detuvo completamente y estalló en una nova de luz que cegó e iluminó cada rincón del cementerio, aturdido por el brillo del lugar intenté cubrir con mi mano la luz que dañaba mis ojos. Poco a poco se podía ver claramente la figura de un hombre alado, parecía un ángel.

Sus alas eran enormes y desprendían destellos boreales totalmente irreales, su armadura reluciente era de un oro fuera de este mundo. Su rostro estaba cubierto por una capucha del blanco más puro que a penas dejaba divisar su rostro.

-Di tu nombre aventurero!- dijo el ángel en voz grave

-Me llamo Andrew Steel, ¿Quién eres tú?-

-Soy Metatrón arcángel de la justicia y guardián de la orden de arcángeles del cielo-

-¿Por qué me visita un ángel? Soy simplemente un joven plebeyo que busca a sus padres-

-Por eso estoy aquí, has sido escogido para guiar la guerra de la nueva era de Argonia, un peligro inminente se acerca-

-¿Qué hay de mis padres? ¿De qué peligro me estás hablando? ¿Por qué yo?-

-Ellos están bien según me informan, pero no puedes saber más de ellos sin antes entender quien eres en verdad, acompáñame-

Metatrón puso su mano en mi hombro y de un parpadeo me llevo a un lugar desconocido y misterioso, era una planicie muy bella pero desolada. Allí no se veía más que montañas a lo lejos, probablemente de allí es de donde veníamos.

El arcángel agitó sus manos formando poses extrañas, parecía un espectáculo callejero fuera de este mundo. Terminando con sus dos manos al frente un portal azulado se abrió de la nada.

-Sígueme- dijo en voz alta y firme

Caminando con la cabeza agachada, entré en el extraño portal que me llevó a un lugar mágico de luz. Sí, estaba en el cielo. Pero no había muerto, o al menos eso creía.

Todo estaba cubierto de oro y no parecía haber rastro de oscuridad o tiniebla, era todo lo contrario a Greyland, coros de ángeles cantaban y mi felicidad no podía estar en su más alto punto. Si mis padres estuvieran conmigo.

-ALTO!- me gritó Metatrón, -hemos llegado,este es el trono de Uroboros, ese amuleto del mismo nombre no te fue entregado por coincidencia, Riogi tú y yo eramos colegas en el pasado. Tu nombre ancestral era Érebos, y ese amuleto forma parte de las tres reliquias que terminaron la guerra por el control de Argonia. Sí Andrew eras un guardián, juntos fuimos enviados del cielo para proteger a los humanos de su propia ira. Las reliquias contienen un poder sagrado capaz de aplacar las fuerzas del mal que fueron invocadas en aquella guerra librada hace muchos años-

Un momento. ¿Que yo fui un ángel? ¿Qué me sucedió entonces? Era muy difícil de creer, pero después de ver tanta fantasía que parece irreal, esta noticia no me sorprendía del todo.

-Quieres decir que en mi vida pasada fui un ángel. Por favor Metatrón cuéntamelo todo, estoy muy confundido y asustado-

-Te preguntarás por qué una guerra terrestre era tan importante para nosotros. Dentro de los dominios de Artolia existía un nigromante llamado Hashell, dominaba el poder del otro mundo y tenía la capacidad de revivir a los muertos, sin mencionar que hacía pactos con los demonios. Con muchas artimañas y magia negra logró llegar al trono de Artolia, su ambición y su poder eran inmensos, quería dominar las 4 tierras de Argonia.

Molden, Dómino, y Scarlet estaban fuera de su alcance debido a que los tres cuidamos cada una de las tierras. Hashell sabía de nuestra existencia y debía deshacerse de nosotros, ideó una táctica para atacarnos uno a uno, para lo cual necesitaba un ejército, un ejército guiado por un líder que haría cualquier cosa para destruir el cielo, así Hashell hizo un pacto con Harlot, la demonio madre que tenía el poder para destruirnos, Harlot estaba sellada en las profundidades del monte Arcantos por alta traición, sin embargo Hashell logró romper el sello ofreciendo su alma inmortal. Harlot se liberó y condujo al desalmado Hashell hacia una guerra que traería desgracia inminente. Ella reclutó un ejército del inframundo para que los acompañen. Marcharon desde el monte Arcantos hasta Dómino, allí perecimos a pesar de la dura lucha, le seguía Scarlet la cual sufrió el mismo destino de Dómino, nada más faltaba Molden la tierra que tú protegías, y en un acto heroico te sacrificaste por nosotros-

El Diario de las Tierras AltasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora