La alarma de mi movil sonó avisándome de que era hora de levantarme para ir al infierno. También llamado Instituto.
Venga, que ya es viernes.
Quité las sábanas que hacían tener a mi cuerpo en calor las dejé a un lado de la cama.
Cogí el uniforme que estaba colgado de la percha y lo estire en la cama. Me fui al baño e hice mis necesidades. Volví a salir y me puse mi uniforme escolar que constaba de una camisa de botones blanca, una corbata roja, una falda roja -demasiado corta para mi gusto- que era por suerte falda-pantalón, unos calcetines altos hasta por encima de la rodilla y el calzado podías elegirlo tú mismo, pero debía ser rojo.
Convers all star
Me las haté y tras hacer una coleta con mi cabello con el que dejaba el flequillo a un lado de delante suelto, abrí la puerta de mi habitación.
Salí y bajé las escaleras trotando, llegué abajo donde se encontraba Esther dejando un vaso de leche chocolatada junto a unas galletas. Me acerqué a ella y besé su mejilla.
-Buenos días.- Ella me sonrío mientras me sentaba en el taburete de la isla de la cocina.
-Buenos días, Less.- Suspire mientras tomaba mi desayuno.
Cada vez tenía menos hambre. Esto empezaba a preocuparme.
Fijé mi vista en el marco de fotos que había en la nevera. Salíamos mi hermano y yo haciendo una mueca extraña. Esa foto nos la tomamos antes de...
-Less, se nos hace tarde.- Gonzalo me sacó de mis pensamientos.
Me fijé en que se había afeitado su bigote. Y daba gracias a eso, no le quedaba muy bien. Así parecía el hombre de 37 años de pelo y ojos marrones que era.
-Voy.- Me levanté y me lavé los dientes, colonia y me dirigí a la puerta donde aguardaba Gonzalo con mochila en su mano.
-Aquí tienes.- Me dio mi mochila que constaba de una ansa.
-Gracias.- Dio golpecitos en mi cabeza como si fuera un perro mientras me abría la puerta principal.
-Que te vaya bien.-
Más quisiera.
-Gracias.-
Me estire y cogí la chaqueta de cuero roja para que me diera un poco más de calor y me la puse. Salí de casa mientras ponía mi mochila en el hombro.
Empecé mi camino de veinte minutos a el instituto. Así que como siempre me pondría a pensar
Robert no había aparecido estos últimos días. Tampoco había contestado al teléfono. Y eso que ya le había enseñado a el botón de re-llamada. Mañana por la mañana iría a su casa para visitarlo. Aún tengo que hacerme la copia de la foto que le regalé. No puedo evitar reírme cuando recuerdo aquella vez en la que me dijo que para su funeral llevaría un vestido porque quería verme con vestido aunque fuera muerto, y como no me gustan los tacones y unas bailarinas no me apetecían me debía poner mis Converse All Star negras.
Me caía bien ese hombre. Me caía mas que bien. Era como mi mejor amigo. Aunque sonara extraño y todo lo que la gente decía, era un buen hombre. Recuerdo cuando aun no podía ni tan siquiera saludar de lo triste que estaba y al final Robert me pregunto que me pasaba. Le conté... Todo lo que mi madre hizo. No dio crédito. Bueno, nadie da crédito cuando lo oye. Yo sigo sin querer saber mucho de mi madre. Solamente lo que Lucas me cuenta por teléfono y alguna que otra cosa de la que me informa la tía Clara. Aun tenía pesadillas, me extrañaba que esta noche no hubiera pasado nada interesante en mis sueños. Recuerdo que cuando Lucas aun me cuidaba antes de irme con mi tía Clara, siempre le despertaba. Yo despertaba de alguna pesadilla llorando, gritando, sudando... Y él siempre estaba ahí. Hasta que no pudo conmigo y aceptamos la propuesta de la tía Clara de venir aqui. Llore aún mas que cuando mamá hizo aquello. Era mi hermano, el que siempre había tenido a mi lado. Y aunque nos pelearamos a menudo yo le quería. No podía evitar quererle.
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Intenta sonreír.
RomanceMe gustaría saber que hice en otra vida para que el karma no acabara de jugármela en ella y continuar con la actual. Debía haber asesinado a alguien muy cruelmente. La persona que me hacía sonreír había desaparecido... Por llamarlo de alguna manera...