Capítulo 7

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Abrí los ojos lenta y perezosamente. Suspiré y entonces noté algo haciendo presión en mi cintura. Asustada me di la vuelta rápidamente para encontrarme la cara de Matt completamente adormilada. Di un pequeño grito ahogado y me eché hacia atrás cayendo sobre mi espalda en la moqueta.

Gemí debilmente y tras frotarme el ojo levanté medio cuerpo y vi como Matt estaba en MI cama con MIS sábanas por el cuello y su cara totalmente aplastada en MI almohada.

¿Como había llegado ahí?

Suspiré sin ganas de hacer trabajar a mi cerebro y me levanté lentamente. Con paso lento me dirigí a la puerta y abrí para bajar.

Mientras bajaba las escaleras percibí un olor que me hizo sonreír.

Comida.

Bajé y al llegar a la cocina sonreí encontrándome tostadas, galletas, zumo y demás cosas.

-Buenos días, Less.- Me saludó Esther sonriente.

-Buenos días.

Cada día era más callada y sosa. Empezaba a ser lo contrario de lo que era antes de lo de papá. Me sigo preguntándo que será de Daniela y Evan.

Me senté en la silla y cogí una tostada para huntar mantequilla y mermelada de frutos del bosque en ella. Adoraba el sabor de los frutos del bosque.

Caí en cuenta de que no le había dicho ni a Esther ni a Gonzalo lo de Robert. Levanté mi mirada buscando a Esther y la encontré mirando las noticias con el ceño fruncido. Y era normal, todo eran atentados, guerra, corrupción...

Daba grima el mundo en el que vivíamos.

-Esther...-La llamé.

-Dime.

Ella se giró a mirarme a los ojos. Solamente podía mirar a los ojos al hablar a un par de personas. Y las podía contar con los dedos de una mano.

-Esta tarde no estaré aquí.- Hice un mohín.

-¿Porque?

-Tengo que ir al funeral de... -Suspiré- Robert.

Miré mis manos jugueteando con mis dedos para a continuación levantar la mirada y encontrar la de Esther con los ojos abiertos y tristes.

-¿Robert a...?- Asentí no queriendo escuchar la estúpida realidad.

-¿Cuando?- Gonzalo apareció por la puerta.

Siempre estaba escuchando las conversaviones que teníamos entre todos. Mis ojos se llenaron de lágrimas y volví a suspirar, solo que esta vez entrecortadamente.

-El Viernes por la mañana. Fuí a su casa porque no lo veía desde el Sábado. Cuando llegué me abrió la puerta su nieto para más tarde decirme que había muerto esa misma mañana. También me dijo que hoy era el funeral.

Miraba mis manos distraídamente. Una lágrima rebelde se deslizó por mi mejilla y rapidamente la sequé con el dorso de mi manga. Miré a Esther y Gonzalo. Estos me miraban extrañados o confusos. Se miraron entre ellos y Gonzalo se acercó a mi. Me abrazó y no tardé mucho en devolverle el abrazo mientras Esther limpiaba algunas de sus lágrimas al verme llorar.

Ella era muy empática.

-Lo siento.- Dijo Gonzalo encima de mi nuca.

-No pasa nada.- Contesté con un hilo de voz.

[...]

Ya le había pedido a Matt que me acompañara al funeral porque no me atrevía a ir yo sola. Robert ya me había dicho que su familia no era la más simpática del mundo, y mucho menos la más amable. Según él todos eran gente sin escrúpulos menos Cameron. Sinceramente, siempre pensé que le colgaba muchas medallas a ese chico.

Intenta sonreír.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora