Capítulo 11

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Tenía un mal presentimiento. Y no era fan de los malos presentimientos. Esa palabra es rara. Si la dices muchas veces... Presentimiento. Presentimiento. Presentimiento. Suena a una mezcla de 'presente' y 'miento'. Esto es lo que pasaba por mi mente cuando estábamos en la clase de Geografía y el profesor no había venido.

Presentimiento.

¡Es que suena extraño! Sí, yo me estaba aburriendo mucho. Había pensado en como evitar a los chicos, porque definitivamente, tenía que evitarlos. No me sentía cómoda sabiendo que ellos se lastimarían por defenderme a mí. La verdad, era una sensación muy agradable sentir esto por parte de alguien que no fuera un familiar. Pero, me daba verguenza. Sí, llamarme estúpida. Pero me daba verguenza. Prefería que Cassandra y su asqueroso ejercíto de maquillaje andante y bolsas de músculos sin cerebro. Porque eso eran la gente que iba detrás de esa chica. Simplemente la seguían para ser popular . Menuda estupidez. No podía haberme mudado hace unos años a un instituto normal sin estatus social, no. Tenía que venir a este asqueroso centro.

Preferí cambiar de tema en mi mente para los diez proximos minutos que quedaban de clase. Me puse a escarbar en mi mente para encontrar algo sobre lo que pensar.

Cameron.

No entendía porqué ese chico había estado rondando por mi cabeza tanto ultimamente. Tampoco sabía porqué me había dado su numero si él no sabía que lo iba a llamar. Vamos, yo lo iba a llamar para pedirle que me acompañara a la tumba de Robert a decir unas palabras, porque en su funeral no pude. Yo no sería del tipo de chica que lo llamaría para tener relaciones. No, nunca. Ni loca. Ni drogada. Ni en sus peores sueños. Sí, peores. Porque tener relaciones conmigo seguramente sería espantoso. Quiero decir, nunca había besado a nadie. Nunca me había enamorado. Es lo que tiene estar siete años evitando a la gente.

Pero me daba verguenza llamar. Verguenza no, miedo. Era una especie de miedo. Miedo a que cuando se lo dijera me contestara cosas como:

"Lo siento, tengo cosas más importantes que hacer que acompañar a una persona patetica."

"¿Yo?¿Contigo? Porfavor, mi reputación se iría por la borda si voy contigo."

"Si hombre, que asco no. No quiero que me pegues tu fealdad."

"Perdona, ¿Quien eres y que haces hablando conmigo?"

Porque sí, yo tenía miedo de que pasara alguna cosa así. Porque claramente, yo al lado de él era... Era... Un bicho.

Oh, porfavor. No me digaís que no.

Cameron tenía la piel morena y bronceada, a pesar de que estábamos en invierno. Mi piel era blanco nuclear. Él tenía un pelo maravilloso, castaño extraño... Era algo así como castaño claro con mechas rubias, no sé como explicarlo. Era bonito y ya. Además, lo tenía perfectamente peinado hacia arriba o hacia un lado. El mío era chocolate, ondulado y costaba siglos de peinar. Tenía unos ojos de infarto. Eran verdes, pero no un verde corriente. No. Eran mucho más vistosos y sinceros. En una mirada sabías lo que decía. Yo los tenía avellana y la gente decía que eran bonitos, pero ñeh. Tenía los labios finos, no dejaban de ser sexys y bonitos por eso...

¿ESTOY ANALIZANDO A CAMERON CROSS?

Olvidad todo lo que he pensado.

El timbre sonó y cogí mi mochila y la colgué en mi hombro, ya lo había recogido todo con anterioridad así que salí por la puerta mirando siempre a mis pies. No saludaba a nadie, no miraba a nadie. Y era porque todos pensaban que yo era tímida. Bueno, eso de todos... Poca gente sabía de mi existencia. Solo se me conocía cuando Cassandra me maltrataba fisica y psicologicamente. Pero nadie sabía quien y como era en realidad porque nadie quería conocerme. Todos pensaban que yo era tímida perdida. Que no sabía interactuar con la gente. Nadie quería ver mi verdadero yo. El que era antes de que toda esta mierda pasara. Poca gente lo había descubierto. Porque, a poca gente se lo podía confiar. Diana, Alex y Paula habían querido hacerlo, y habían salido malparados. Por eso no me gustaba la idea de que me ayudaran.

Intenta sonreír.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora