Capítulo 9

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Definitivamente cada vez comía menos. Aunque teniendo en cuenta que cuando comía, parecía la réplica de un cerdo, no estaba tan mal.

Salí de Matemáticas intentando no encontrarme con la mirada de nadie. Pero claro, yo no podía evitar el contacto visual de por vida porque mi cuello no aguantaría estar mirando mis pies siempre. Bajé las escaleras intentando no caerme y hacer mayor ridículo del que hacía. Si no miraba a nadie, tal vez, solo tal vez saldría de aquí sin ningún rasguño.

Porque si me encontraba con Cassandra y su grupo, acabaría mal. Porque ya había acabado mal más de una vez.

Me puse en la cola como siempre. Había mucho ruido por toda la cafetería, apenas podías oír lo que decían a dos pasos tuyos.

-Hola, Leslie.

Di un salto en mi sitio poniendo mi brazo delante de mi cara intentando que no me pegaran. Porque a mi nunca me hablaban. Y si lo hacían era Cassandra y era o para meterse conmigo o para pegarme. Porque ya me había pegado. Ya lo había echo más de una vez y yo sabía que era capaz de hacerlo de nuevo. Pero llevé mis manos a mi pecho intentando que mi ritmo cardíaco bajara cuando vi a Paula y a Alex detrás suya. Suspiré dando gracias a lo que fuera lo que fuera que hubiera ahí arriba.

No se si me explico bien.

-Hola...

Me estiré para coger una bandeja mientras evitaba mirarlos. No es que no me gustaba que me hubieran ayudado, la verdad es que lo agradecía con toda mi alma. Pero me dijeron que tenían pensado defenderme y dar la cara por mi si era necesario. Y se los veían buenos chicos así que no dudaba en que lo harían si era necesario. No me apetecía que se metieran en líos por mi culpa. Así que si se olvidaban de mí, mejor. Aunque debo admitir que me gustaría juntarme con ellos ya que me caían de maravilla.

-¿Que tal el fin de semana?- Alex asomó su cabecita rubia pero yo esquivé su mirada estirándome para coger un trozo de pizza.

-Movidito.- Cuanto menos hablara mejor.

-¿Y eso?- Hablaron al unísono.

No pude evitar sonreíar al ver su coordinación. Miré lo que podía beber y me decidí por el zumo de melocotón mientras me encogía de hombros en respuesta a su pregunta.

-No puedes decir que fue movidito y no contar porqué.- Protestó Alex.

-No sería justo.- Completó Paula.

Eran muy graciosos, me hacían recordar a Fred y George Weasly. Solo que estos eran rubios con los ojos verdes, uno era una chica y los dos estaban vivos.

-Bueno.- Dije yo cogiendo una servilleta.

Levanté mi mirada y me encontré a la cocinera, como siempre le di una sonrisa agradeciéndole la comida.

Iba a dirijirme a mi mesa solitaria en la cafetería. Donde estaba yo sola, nadie me molestaba y me pondría a leer tranquilamente. Sí, dije iba. Porque una mano cogió mi bandeja mientraa decía "Que poca comida" y se me adelantaba. Alex se puso delante de mí sonriendo a lo que yo, esquivando su mirada, miré hacia atrás intentado ver quien me empujaba guiándome por detrás de Alex. Obviamente era Paula.

-Si pensabas que ibas a sentarte sola hoy...- Empezó Paula.

-Cambio de planes.- Terminó Alex.

Intenté frenar pero Paula me dio un empujón haciendome caminar mientras hablábamos.

-Pero...

-Sin peros.- Me interrumpieron hablando al unísono.

Miré como Alex se paraba en una de las mesas que había ahí, donde estaba sentada Diana. Alex dejó su bandeja a el lado de esta, mientras que puso la mía delante de donde se senataba Diana. Paula me pasó y se sentó al lado de donde estaba mi bandeja y dio un tirón de mi brazo haciendo que me sentara de golpe.

Intenta sonreír.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora