Reencuentro

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Unos cuantos días pasaron, y por días realmente te referías a casi semanas. No había rastro de Leonardo por ninguna parte.

Dijo que se lo pensaría pero... ¿Y si se lo ha pensado y finalmente decide no venir nunca más? Te gustaría decir que no volverlo a ver no se trataría de una gran perdida, ¿pero a quién intentabas engañar? ¡Estábamos hablando de una tortuga de más de dos metros que hablaba y andaba con un par de piernas! No te gustaba confesarlo, pero te estabas volviendo loca por poder verlo de nuevo. Mira que te pasaban cosas emocionantes a menudo, pero esta sin duda destacaba de entre todas las demás.

Te encontrabas saliendo del trabajo. Hoy te tocaba turno de tarde y, por si fuera poco, tenías que cerrar. Así que allí estabas, girando la llave para bloquear la entrada del local a las nueve de la noche. Tu piso estaba demasiado cerca de tu trabajo para coger el metro, pero lo suficientemente lejos para ir andando. Por esta razón, no solía gustarte que tus compañeros te dejaran hasta el último turno sola, pero igualmente lo hacían.

—Menudos caraduras. —refunfuñaste mientras te asegurabas de haber cerrado bien.

Te pusiste en marcha lo antes posible. Caminabas con paso acelerado, era lo más seguro. Te preocupaba salir sola de noche, pero también era cierto que, en este tipo de situaciones, no te dejabas nunca en casa el spray de pimienta. Además, las llaves también te servían como plan B.

Te quedaba una manzana más antes de llegar al edificio donde vivías. Vivías lo suficientemente cerca como para coger el metro, pero lo bastante lejos para ir andando.

No te hacían gracia la cantidad de callejones por los que tenías que pasar al lado, pero por lo menos no había necesidad de atravesarlos. No hasta este momento. A pocos metros de tu edificio, oíste algo que podías identificar rápidamente como la voz de una mujer. Hablaba demasiado alto y no te costó identificar algunas frases que te hacían dudar de su seguridad.

Te acercaste un poco al callejón del que veían los ruidos, por lo menos, lo suficiente para asomarte y ver qué estaba pasando. 

—¡No os acerquéis! 

Una mujer estaba siendo rodeada por unos cuantos pandilleros. No tenía escapatoria. Estaba todo oscuro pero pudiste distinguir las siluetas de cada presente en la escena. En total habían tres delincuentes más la chica en apuros. 

—No os conviene acercaros. —dijo la chica intentando sonar convincente.

—Danos lo que nos pertenece y seremos buenos. —sonrió el que parecía ser el cabecilla. —Lo prometemos. 

Aquellos hombres comenzaron a acercarse de manera amenazadora a chica. En ese momento, sabías que tenías que hacer algo; no podías dejarla sola. 

Con la bolsa que llevabas encima, conseguiste acercarte por detrás al chico que tenías más cerca y darle en la cabeza con todas tus fuerzas. Conseguiste que éste callera al suelo dolorido pero, por otro lado, llamaste la atención de los demás presentes en la escena. 

—¿Qué coño--?

Antes de que el líder del grupo pudiera terminar la frase, sacaste el spray de pimienta del bolso y no tardaste en rociarles una gran cantidad en la cara de ambos. Y, para estar seguros, un poco en la cara del que habías golpeado antes. 

—¡Vamos! —le dijiste a la chica mientras agarrabas su muñeca. —¡Tenemos que salir de aquí!

Comenzaste a correr hacia la salida del callejón mientras mantenías a la chica cogida del brazo. Sin embargo, algo inusual apareció delante vuestro, impidiéndoos el paso.

Ante el susto, soltaste un grito ahogado. No podías ver bien las figuras ante tanta oscuridad, pero lo que sí podías distinguir era lo grandes que eran. Te pusiste enfrente de la chica, intentando protegerla de cualquier otro peligro posible. 

LEO x READER scenarios «ESPAÑOL» [TMNT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora