Despedida

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—¿Crees que las cosas debieron pasar así?— preguntó Louis en un murmuro, cerca de su oído.

Ambos pares de ojos puestos en el cielo, y la luz de la luna que iluminaba la noche.

—¿Qué cosas?

—Entre nosotros. Pienso mucho en lo que pudimos ser, tal vez ahora esta sería nuestra casa y en vez de Derek y Blair siendo hijos de cada uno, tendríamos a nuestros propios Derek y Blair.

Harry torció sus labios en una sonrisa débil. Esa era la misma pregunta que atormentaba su mente desde que Louis volvió a su vida. Todo era un hubiera.

—Lo he pensado mucho.— respondió. —Me veía en el lugar de Stella. Pero no sé, quizás hubiera pasado algo más que nos separaría tarde o temprano. Estábamos haciendo muchas cosas mal.

—¿Cómo qué?

—Nunca te hablé bien de las inseguridades que tenía con todas las chicas de la escuela volteándote a ver. Eran muy lindas y yo me sentía mal por eso. Bonito cuerpo y cara.

Louis negó.

—Pero todas tenían un defecto muy grande.— entrelazó sus índices, sobre su muslo.

—¿Cuál?

—Ellas no eran tú, Harry.— bajó la voz. —Pudieron ser lindas y todo lo que quieras, pero mis ojos estaban, y están sólo puestos en ti. Nadie iba a quitarte ese lugar.

Harry se quedó en total silencio, viéndolo a los ojos. Louis lo seguía con la mirada, una pequeña sonrisa se asomaba por sus labios.

Acercó su mano a las mejillas del rizado, dejando una caricia con su pulgar sobre su pómulo. Harry se encogió en su lugar, cediendo al tacto.

—¡Papá!

La voz de Blair al interior de la casa los hizo pegar un salto en sus lugares, alejándose uno de otro de forma brusca y repentina. Louis carraspeó su garganta, mientras Harry acomodaba su cabello.

—En el jardín de atrás, amor.— alzó la voz.

A los pocos segundos, la puerta corrediza que daba al jardín, fue abierta. Blair asomó su cabeza, hasta que los vio en el sofá.

—¿Dónde están las palomitas? No las encuentro.— formó un puchero.

Louis evitó la mirada con la menor. Harry rascó su brazo, girando su cuerpo a donde la puerta. Señaló al interior de la casa, en dirección a la cocina.

—En la alacena grande, amor. Las cambié de lugar el fin de semana y me olvidé de avisarte.

—Estás muy distraído últimamente.— Louis tomó su taza de té entre sus manos, dispuesto a beber el contenido.

Harry soltó una risita nerviosa ante la mirada acusatoria de su hija.

—El trabajo.— rio de nuevo.

Blair terminó asintiendo, hizo el ademán de volver a entrar a la casa, sin embargo, dio media vuelta volviendo a donde ellos.

—¿Qué hacen afuera?

Harry señaló las tazas de té, Louis alzó ambas de sus cejas, levantando la suya.

—Té al aire libre no hace mal, amor. Ve adentro a hacer tus palomitas, anda.— con sus manos hizo el ademán de alejarla.

Blair rodó los ojos e hizo lo que su papá le pidió. Entrando a su casa, y llegando a la cocina, Derek la esperaba en esta, recargado en la isla.

—Papá dice que están en la alacena grande.— Derek asintió yendo a donde sabía que estaba, Blair iba detrás suyo. Una sonrisa pequeña salió de sus labios. —Creo que tu papá y el mío se están llevando bien.

Not You Again, Please [L.S] (ACTUALIZACIONES LENTAS)Where stories live. Discover now