Pómulo abierto

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Tanto Louis como Harry no se vieron en ese fin de semana. Decidieron aprovechar el tiempo con sus respectivos hijos, y ellos con sus padres. Aunque, claramente los mayores intercambiaban mensajes en el transcurso del día, y dormían tarde por estar en chat uno con otro.

Ya entre semana y con sus hijos en la universidad, pudieron volver a su rutina que llevaban con normalidad a escondidas de sus hijos, una a la que tan pronto como inició la semana, Louis le enviaba un mensaje a Harry para recogerlo fuera del edificio donde debía presentarse a trabajar Lunes y Jueves.

Lo esperaba en el auto, con sus dedos tamborileándose sobre el volante del auto, música en volumen bajo y las pequeñas gotas que golpeaban contra los cristales, esa era su compañía en la espera de Harry. Su estómago tenía un vacío debido a la emoción de volverlo a ver después de dos agonizantes días sin él. Ansiaba por besarlo y repetirle lo mucho que le encantaba estar a su lado.

Una sonrisa emergió de sus labios cuando la silueta de un confundido Harry apareció en la puerta del edificio. Un rizado con los ojos entrecerrados, girando su cabeza en todas las direcciones, buscando el auto estacionado de Louis. Su celular en la mano. Louis miró como el rizado tecleaba con rapidez, y su celular sonó.

Bastó con bajar la ventana de su auto, para alzar la voz y llamar su atención.

—¡Rulitos!— llamó con un grito, sonriendo al ver como Harry volteaba hacia él y rodaba sus ojos con una sonrisa.

Harry corrió hasta el auto de Louis, cerrando la puerta con un movimiento ágil, siendo sorprendido por la repentina cercanía de los labios de Louis sobre los suyos. Un beso corto, pero lento. El rizado cerró sus ojos, dejándose llevar por la calidez de sus labios.

—Hola.— sonrió Louis al separarse de él, con la misma sonrisa.

—Hola, Lou.— copió la misma acción, sintiendo el remolino en su interior.

Podría decirse que todos sus sentimientos del pasado, volvieron a revivir con mayor intensidad. Tal vez no estaba del todo mal lo que hacía, estaba bien dejarse llevar de poco en poco, y Louis le hacía confiar en él a medida que más pasaban el tiempo juntos. Ya no eran los mismos adolescentes desconfiados e inseguros que años atrás. Sabían lo que hacían, y a su vez, las consecuencias de cada uno de sus actos.

Louis dio marcha a su auto, con una mano encima del muslo de Harry, un gesto el cual no le disgustaba al rizado.

—Estaba pensando mientras te esperaba...— Harry podía distraerse en la forma que Louis tomaba y giraba el volante. —Deberíamos ir a cenar a algún lado, después podemos ir a mi casa a pasar la noche.

—O podemos pedirlo para llevar y comer en tu casa.— sugirió, desviando su mirada de donde Louis tenía sus manos puestas.

El castaño asintió.

—¿De dónde quieres que vayamos a pedirlo? Hoy estoy de buen humor como para complacer todos tus caprichos.

Harry soltó una pequeña risa.

—¿Por qué tan de buen humor?

—Porque te extrañé en todo este fin, y ahora te estoy viendo.

Harry se hizo pequeño en su lugar. Había perdido la costumbre de lo que era sentirse amado por alguien y recibir ese tipo de comentarios en cualquier parte del día, y que su inconsciente los aceptara al punto de sonrojarlo y acelerar su pulso. Era algo que le encantaba escuchar, y una de las armas maestras de Louis.

—Yo también te extrañé.— mordió sus labios. —Por eso recompensaremos el tiempo perdido en toda la semana.— sonrió, obteniendo una mirada de reojo. —¿Qué te parece ir por comida al restaurante donde fuimos con Derek y Blair la vez pasada? Era muy buena su comida.

Not You Again, Please [L.S] (ACTUALIZACIONES LENTAS)Where stories live. Discover now