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-No hay ningún bebé.

-¿De qué estás hablando? - Exigió saber Vegas, tomó a Pete por sus brazos y lo sacudió.

-Aborte - Respondió simple, Porsche sintió como si todo su aire escapara de sus pulmones.

Vegas se alejó de golpe, como si el solo toque de Pete le quemará.

-¿Por qué? - Preguntó Porsche encontrando su voz. Ambos miraron al omega expectantes.

-Siempre dijiste que era mi decisión - Pete miró fijamente a Vegas - Cambie de opinión eso es todo.

-Tienes razón - Vegas trago el nudo en su garganta y se dio la vuelta.

-Vegas, lo la...

-Solo dime algo - Pidió, Vegas volteo a verle. Porsche sintió escalofríos al observar esa mirada vacía en el alfa - ¿Fue tu decisión?

-Si.

-¿Khun no tuvo que ver en esto? - Porsche frunció el rostro, la confusión llegó de golpe.

-No veo como mi señor tiene que ver con esto.

-Hace solo unos días Porsche confesó que es infértil, ahora tu abortas y el único heredero de la triada es el hijo de Khun. No te parece conveniente.

-¡El no tiene nada que ver!

-¡El siempre tiene algo que ver! - Gritó Vegas - Khun solo te esta usando Pete, él juega con todos. Nadie le importa.

-Eso no es verdad, mi señor no es así y tú no lo conoces.

-¿No lo hago? Ese día en el hospital su omega estaba sangrando, una amenaza de aborto. Tu señor - Escupió entre dientes - Solo quiere asegurar el lugar de su hijo a cuestas de los demás.

Pete bufó y tomó su bolsa para salir de la mansión, Porsche grito antes de que este atravesará el marco de la puerta.

-No se por que lo hiciste o que cambio tu opinión - Dijo, Pete volteo a verle y se encontró con una sonrisa melancólica acompañada de ojos vidriosos - Lo respeto y espero estes bien.

-Lamento no haber cumplido mi promesa a ti Porsche, habrías sido una increíble madre.

El omega salió sin mirar atrás, Porsche se apresuró a abrazar el cuerpo tembloroso de Vegas antes de que este cayera al suelo entre el llanto.

-También era mi hijo - Sollozó - Tenía derecho a despedirme...

Porsche recostó la cabeza del alfa en su regazo y este se aferró a su cintura, escondiendo su cabeza en el vientre del omega.

-Tenemos derecho a una familia - Murmuró Porsche peinando con sus dedos el cabello lacio de Vegas.

El suave y dulce aroma llegó a las fosas nasales de Vegas, el aroma a omega embarazado que apenas era perceptible en Porsche.

El plano estómago del omega se contrajo ante los delicados besos que Vegas depositó sobre este. El alfa se levantó y limpió su rostro con el dorso de su mano.

-Aún tenemos que cuidar de ti y este cachorro - La melancólica expresión estrujo el corazón de Porsche.

-No tienes que fingir conmigo - Porsche acunó el rostro de Vegas con ambas manos - Puedes estar triste, tienes derecho a llorar, gritar, lo que haga falta.

-No debí esperar mucho de un omega que no me amaba, aún así lo hice y fue mi error.

-No es tu culpa, es tu pareja destinada, tú omega.

-El no es mi omega.

-Vegas...

-Bonito, solo dejame cuidarte - Pidió también tomando el rostro del omega - ¿Si?

La Trinidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora