-Lan wangji, pensaba que eras un santo con problemas pero resultante ser igual a todos los hombres-
-Wei ying.. también eres hombre-
-Pero no un perro como tu, descarado- decía lanzando la ropa de su esposo por la ventana- No quiero verte nunca más, largo!
-¿Que sucede? ¿Hice algo que te moleste?-
-¡Encontré cabello rubio en tu ropa! Y no solo eso como para que te atrevas a negarlo ¡También esta maldita tanga!
-..Wei ying te teñiste el cabello la semana pasada y eso estaba en el cuarto de invitados.. Ahí solo estuvieron tu hermano y mi hermano-
-Osea que.. puta que asco- dijo lanzando lejos esa ropa interior
-Te amo, a mi solo me gusta tu culito-
-PERO QUE-