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Las verdades se escapan de mis manos.

Como pudiste observar, realmente estuvimos comiendo carne de primera calidad.

Eran personas saludables y enérgicas.

Murieron felices. Jamás hubo dolor.

...

¿No lo comprendes? Solo quería darte un poco de mi felicidad.

Lan zhan, ¿Qué tan correcto eres?

No puedo arriesgar nuestro secreto, puesto que ahora eres mi cómplice.

Antes de sellar tus labios por completo.. quiero darte un último beso.

Las agujas se escaparon de mis manos.

Los hilos que estaban entre ellas fueron pisoteados mientras que nuestras bocas jugaban.

Tu lengua se entrelazaba con la mía de forma agresiva.

Y de ese modo bastante pasional.. me tomaste con fuerza a plena luz del día.

-No me molesta- decías mientras que tus manos recorrían mi cuerpo.

-No puedo confiar en ti, lan zhan-

-¿Podrías confiar.. en la palabra de tu hermano?- dijiste dejando una marca en mi cuello.

-¿A que te refieres? El desapareció hace un tiempo-

-Estará conmigo.. siempre- dijiste calmado.

La ira y la sorpresa consumieron mi ser.

Mientras que apretabas la almohada sobre mi.. solo podía pensar en mi dulce hermano.

Tan suave.. tan tierno.

Tú.. Tú no lo compartiste.

Mi último suspiro se fue envidiandote, como siempre habías logrado superarme en tu pureza y delicadeza para hacer las cosas con diligencia.

Lan zhan, cometí un error.

DecadenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora