CAPÍTULO 4:

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-¡¿Que haces?! -Gritó Michael tratando de recuperar el móvil. Tom tiró el aparato contra la pared, rompiéndolo en mil pedazos. Todos le miramos, atónitos.

Todos le miraron atónitos.
Yo lo encontré hasta divertido. Sin contar con que había una muerte de por medio.

-¡¿Que haces cabronazo?! -Gritó la chica que sostenía el, cada vez mas frío y violáceo, cuerpo de Elena. -¡Necesita una ambulancia!

-¿Para que? -Nos miró a todos. Uno por uno. Nosotros esperamos en silencio su respuesta. Dirigió esta vez su vista hacia la sangrante Elena. -Admitamoslo, no sobrevivirá.

-¡¿Se puede saber que cojones dices?! -Michael se acercó hacia Tom, el cuál no hizo el mas mínimo impulso de apartarse. Michael le agarro del cuello de la camisa y le pego fuerte contra la pared. Juntó su cara a la de Tom hasta casi rozar sus narices.

-Dame tu puto móvil. Elena necesita una ambulancia ¡y la necesita ya!

Tom rió, agotando la paciencia de Michael quien, sin previo aviso, golpeó fuertemente la mejilla de Tom con su puño cerrado.

Tom se limitó a tocarse la cara y sonreír. No, no sonreía. Tenia los labios curvados pero... Esa expresión...

-¿Y si llamamos que, eh? -Apartó a Michael de sí con un empujón y se colocó en el centro de la estancia. Nos miró uno por uno, de nuevo. La vena en su cuello parecía a punto de explotar.

-¿Es que no os dais cuenta? Nosotros somos los culpables. ¡Nosotros somos los asesinos!

La chica del pelo corto lloró todavía mas (si, al parecer era posible).

-¡Callate! -Gritó desesperada en un intento, supongo, de evadir la realidad. De mentirse a sí misma. Porque Tom tenia razón.

Tom solo miró a la chica.

-¿Y que pasa con los asesinos, eh? Ya te lo digo yo: CÁRCEL.

Pude ver como el chico del pelo rapado miraba al suelo. No era tristeza. Estaba pensativo.

-Todos somos mayores de edad. Hemos tomado drogas que ni sabemos de dónde salen. Entramos en el edificio sin permiso y utilizamos lo que aquí había. Haya disparado quien haya disparado todos iremos a la cárcel. -Hizo una leve pausa. -¿Es eso lo que queréis? Porque yo no.

Michael le miró sin expresión alguna.

-¿Y que propones? -Pregunto fríamente.

Tom le miró, directo a los ojos.

-Propongo tirar el cadáver. Esconderlo. -La chica aumentó el llanto. Empezaba a ser demasiado molesta. -Al fin y al cabo Elena morirá.

Elena yacía con los ojos ya cerrados sobre las piernas de esa chica. La sangre había formado un charco espeso y de color marrón rojizo al rededor del cuerpo. Su respiración era lenta, tranquila. Casi parecía dormida.
(Sin contar el charco de sangre proveniente de su vientre)

-¿Y su familia? -Dijo Michael.

- Les diremos que ella se fue antes y que no sabemos nada de ella desde entonces.

-Es inhumano. -Michael le miró. -Es nuestra culpa y debemos asumir la responsabilidad.

-¿Nuestra culpa? -Dijo Tom. Todavía estaba sorprendida. No había dejado escapar ni una sola lágrima desde que pasó el incidente. Aunque creo que yo no debería juzgar.

Ni una lágrima.

-¡No es nuestra culpa! -Prosiguió Tom. -Pensamos que no tenia clavos. ¡Ni si quiera estábamos apuntando hacia ella a posta! Podríamos haber sido cualquiera de nosotros.

Michael suspiró pesadamente. ¿Ya estaba convencido? Éste miro a Elena, la cual apenas respiraba y asintió.

Tom sonrió victorioso.

La chica contemplaba la escena horrorizada.

-¡Michael no! ¡¿Como podéis decir eso?! ¡Llamad ahora mismo!

Michael miró a la chica.

-Eva, Tom tiene razón. -Empezó a decir en voz baja, casi en un susurro. -Elena... Esta muerta. Nadie quería que esto pasase. -Michael negó con la cabeza. -No quiero ir a la cárcel.

-Yo... Yo estoy de acuerdo... -Dijo el del pelo rapado. No había dicho palabra desde que el clavo abandonó la pistola para adornar el cuerpo de mi ¿amiga? -Creo que lo mejor es deshacerse del cuerpo...

-¡Estais todos locos! -Gritó Eva. -¡No pienso hacer eso! ¡Me niego!

-Eva, iremos a la cárcel. -La miró Michael. -Dejar de ver a tu hermano... Tu madre...

Y pareció haber tocado una fibra sensible puesto que Eva no volvió a decir nada. Bajó la mirada a la cara de su amiga, seguramente ya sin vida, y lentamente la tumbo al lado de sus piernas. Eva se levantó.

-Está bien. -Concluyó finalmente.

Todos me miraron. ¿Yo que? Si no estuviera en esta situación, seguramente me habría reído.
Ni si quiera conocía a Elena. ¡Claro que estaba de acuerdo!

-No quiero ir a la cárcel. -Dije segura.

Todos asintieron lentamente y miraron el cuerpo sin vida de Elena.

-Démonos prisa.

Tom cogió uno de los plásticos que cubría un mueble mini-bar y lo extendió en el suelo. Seguidamente se acercó al cuerpo.

-Dylan, cógele los pies. -Y sujetó a Elena por los brazos.

El chico de la cabeza rapada, "Dylan" pensé, se acercó al cuerpo y tomó este por los tobillos. Contaron hasta tres y entre los dos levantaron el cuerpo de la chica.
Tampoco creo que necesitaran muchos esfuerzos.
Elena era bastante delgada.

Pusieron el cuerpo sobre el plástico y lo giraron, haciendo que poco a poco quedase envuelto por el plástico.

-¿Que haremos con el? -Preguntó Eva.

Nos miramos los unos a los otros en busca de una respuesta. ¿Donde lo llevaríamos?

-Al río. -Habló finalmente Michael.

Debió ser buena idea porque nadie se quejó.

-Démonos prisa, por favor... -Rogó Eva al borde de las lágrimas.

"Oh, no. Otra vez no."

Tom asintió y tomo el rollo de plástico que envolvía el cuerpo de Elena y bajó las escaleras. Michael bajó con el y abrió lentamente la puerta de entrada de la casa. Después de cerciorarse de que no había nadie deambulando por las calles, dejó paso y Tom salió cargado con el "paquete".

El resto salimos tras Tom y todos nos dirigimos lo mas rápido posible hacia donde quedaba el río.

¿Acabábamos de asesinar a alguien?

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