Yulia
Mamá se fue muy temprano a su trabajo, cuando me levanté de la cama ya no estaba, pero me había dejado el desayuno servido como todos los días.
Me preparé para ir a la universidad y a las ocho de la mañana en punto ya estaba Stan esperándome en su auto, afuera en la entrada, a la orilla de la calle.
Respiré profundo antes de abrir la puerta del lado del copiloto y entrando en el auto exhalé pausadamente.
—Hola Stan —pronuncié sin ganas rehuyendo a su mirada, él arrancó el motor y echó a andar—. No tienes que hacer esto, sabes…
—¿Cómo estás hoy Yulia? —me hizo un intento de sonrisa y yo solo le respondí levantando mis hombros, mostrando poco interés a su pregunta— No tengo qué, pero me gusta hacerlo.
—¡Como sea! —respondí indiferente y luego se hizo un poco de silencio que no duró mucho.
—Tu madre me dijo que la próxima semana tienes tu cita mensual con la psicóloga… Me preguntaba si… Si quisieras que te lleve, ya que ella no podrá ir contigo.
—¿Todo eso te dijo?
—Está preocupada por ti y yo también… Larissa no quiere que vayas sola y yo no tengo ningún inconveniente en acompañarte.
—No gracias… Puedo ir sola, no soy una niña indefensa, deberían dejar de pensar que no puedo hacer nada estando sola.
—Bien… Yo… no quise decir eso, hija.
—Lo sé y entiendo… Pero solo quiero que entiendan que puedo yo sola… Ah, y no me digas hija, apenas me acabo de enterar de tu existencia.
—¡Pff! Vale, tienes razón… —otra vez se hizo el silencio unos segundos y lo vi sonreír—. Al menos hoy hemos hablado más que en otras ocasiones, eso me alegra —concluyó, pero yo ya no dije nada más...
La semana pasó con la misma rutina de siempre, al menos no tuve que ver tanto a Stan, algunos de esos días donde se cargaba de trabajo no pasaba a recogerme, así que me iba a la universidad tranquilamente en autobús, escuchando música sin prestarle atención a nada a mi alrededor…
Pocas veces mamá pasaba a recogerme a la universidad, su trabajo en el banco regional era un poco exigente pero, cada vez que podía me esperaba para volver juntas a casa.
Sé que sabe que no tengo amigos aquí, se preocupa mucho de que esté sola, yo así lo prefiero, no tengo interés en hacer amistades, ya vengo a la universidad con mucho esfuerzo, lo hago más por ella que por mí.
Aún así extraño mucho a Katya, es mi única amiga. Hablamos mucho por teléfono, ella siempre está pendiente de mí, pero no la tengo cerca, no es lo mismo, quisiera que estuviera aquí conmigo…
~~*~~
Otra semana más iniciaba y la verdad es que me da muy igual, esta semana es mi cita psicológica del mes ¡yay, que emoción! Solo espero que mamá no insista en que deje que Stan me acompañe…Yo siempre me había considerado como alguien sin mucho chiste, con una vida aburrida, a la que nunca le pasaban cosas inusuales en su día a día, no había nada que ver en mí y nada en que creer y todo y nada al mismo tiempo a nadie le importaba.
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Rojo y Azul
RandomRojo era ella por el color de su cabello, Azul era yo por el color de mis ojos. Rojo y Azul, al combinarlos surge otro cálido color, uno que sin quererlo me llenaba de alegría, porque para mí era como la fusión perfecta entre ella y yo.