Lena
Pensé que los siguientes días luego de asistir con Yulia a ver aquella obra serían un reto mayor para mí, dado lo que sucedió en esa ocasión, pero Yulia se mostró dispuesta a conocerme. Tal vez estaba movida por la curiosidad o tal vez era porque realmente quería acercarse a mí como yo a ella, pero sea cual sea el motivo, yo estaba feliz de que me permitiera ser parte de su vida.Siempre he sido una persona muy extrovertida, Yulia es todo lo contrario a mí, pero podía ver el esfuerzo que hacía para seguirme el ritmo en las conversaciones y las actividades que de repente se me ocurría realizar, aunque estos días no hayamos podido vernos mucho por los deberes de la universidad.
Con cada conversación por teléfono, me he dado cuenta que poco a poco se ha ido abriendo conmigo, aunque lo cierto es que he sido yo quien siempre lleva el hilo de lo que hablamos y trato de no abrumarla con preguntas personales y cosas así, sino que dirijo la conversación a cualquier tema.
Pero son los pequeños detalles en su forma de pensar, en su manera de expresarse lo que hace que todo con ella valga la pena y me encanta ir conociendo uno a uno los diferentes aspectos de su personalidad.
Con el pasar de los días, he descubierto que entre más la conozco más me interesa. Sé que guarda dentro de sí misma sentimientos y emociones que aún no quiere revelarme, estoy segura que son la razón de su soledad y el vacío que la invade, pero por ahora me conformo con la confianza que me ha dado y valoro que me brinde una oportunidad para ganarme su sincera amistad...
*
*Hoy estaba sola en mi casa pues Katherina tenía actividad recreativa en su escuela y mamá pasaría por ella al salir del hospital, Nastya había venido a visitarme ya que por fin había culminado la semana de entrega de proyectos de las diferentes materias y nos sentíamos liberadas de aquella presión.
Estábamos en mi habitación conversando, mientras yo pintaba con acuarelas un dibujo en el que he estado trabajando en los últimos días.
—¡Vaya! Veo que de verdad te gusta esa chica, hace poco te quejabas que no tenías tiempo para terminar tus proyectos y ahora te veo muy tranquila pintando un dibujo sobre ella.
—Ella no solo me gusta Nastya, ella va más allá de un gusto, de querer dibujarla. Yulia hizo nacer un sentimiento fuerte en mí hacia ella desde el instante en que la conocí y no quiero conformarme con ser su amiga solamente, pero por ahora es todo lo que puede brindarme y estoy bien con ello.
—Vale... ¿No te parece que todo esto es algo apresurado? Seamos objetivas, ¿si?
—Es verdad que hace poco la conozco, pero creo que el tiempo es relativo. A veces sientes por una persona en tres días aquellas emociones que no has sentido en tres años por otra... ¿Me explico?
—Te entiendo, sí... ¿Crees que ella se interesa en ti de la misma forma?
—No, creo que aquello no ha pasado ni remotamente por la cabeza de Yulia. Le costó mucho darme un pequeño espacio en su rutina, así que es probable que tenga que ganarme su cariño a paso lento y siendo sincera no me importa, sé que al final valdrá la pena el esfuerzo.
—¡No puedo creer lo que escucho!... Eres una buena chica, Lena y sé que tus intenciones con Yulia son las mejores, pero hay un tema que no te gusta tocar y que aún no cierras. No puedes pretender que no pasa nada, no sería correcto que intentes ganarte el cariño de una persona cuando no has aclarado tu situación con esa otra.
—Sé a lo que te refieres, Nastya... Hablas de Andrea.
—Así es, dime ¿qué pasa con ella?
—Bien... Nastya, hay cosas sobre mi relación con Andrea que no te he contado y creo que ahora es el momento, así que solo escúchame y ya después podrás decirme lo que piensas.
—Está bien, te escucho.
—Mi relación con Andrea hace mucho que ha tomado otro tono de color y poco a poco se ha ido apangando sin que lo podamos evitar. Desde que ella se fue a estudiar fuera del país, sabíamos que sería difícil mantener una relación a distancia y créeme, al principio hicimos de todo para que nuestro noviazgo se mantuviera vivo, pero creo que ahora nada ha sido suficiente.
»Desde el día en que conocí a Yulia, un sentimiento muy especial por ella ha invadido mi interior y mis sentimientos por Andrea se han ido marchitando cada vez más. Me siento mal conmigo misma, sé que debo aclarar mis pensamientos y emociones con respecto a lo que siento por Andrea y también por Yulia y créeme que quiero tomar la mejor decisión...
»Para resumir todo, hace dos meses que Andrea y yo no hablamos. En realidad ella hace mucho que parece no querer comunicarse primero conmigo, soy yo quien siempre la llama, quien siempre le escribe, pero casi nunca obtengo respuesta por parte de ella y eso me agota, sabes. Tal vez tenga sus motivos, quisiera saber qué ocurre y terminar con esta situación.
»No puedo ser egoísta ni con ella ni conmigo misma, tal vez a ella le ha gustado aquel país al que fue y quiera quedarse allá una vez que termine su carrera, pero no puedo saberlo porque sencillamente ella no contesta mis llamadas. Yo me he sentido un poco triste porque no sé nada de ella y no sé si es que ha conocido a alguien más o qué, pero si así ha sido entonces debo decir que a la vez también me haría sentir alivio si ese fuese el caso, porque ahora he conocido a alguien que me gusta y sé que aceptar todo esto es un poco difícil, pero es mejor si nos sinceramos la una a la otra y sería muy reconfortante si decidimos seguir adelante cada una su camino.
—¡Wow! Yo... no sé qué decir Lena… De verdad que no me imaginé que las cosas entre Andrea y tú estuvieran pasando de esta manera, me da mucha nostalgia el saber como te sientes… ¿Estarás bien si hablas con ella y la resolución sea terminar definitivamente?
—Sé que me dolerá, porque obvio que no es fácil para nadie una situación así y menos por el tiempo que ha durado nuestra relación… Pero viéndole el lado positivo, será lo mejor para las dos.
—Lo más maduro sería que puedan hablar sobre lo que sienten de manera tranquila y lo importante es que no se lastimen mutuamente de forma injusta... ¿Lena, de verdad te enamoraste tan pronto de Yulia?
Justo cuando iba a responder a la última pregunta que me había formulado Nastya, mi celular comenzó a sonar.
Al ver en la pantalla de quien se trataba respiré profundamente y casi que no lo podía creer…
—¿Quién es, Lena? ¿Por qué has puesto esa cara de pánico?
—Es... Andrea.
—¿Qué? ¿Andrea? ¡¿Es en serio?!
—Sí Nastya, es ella...
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Rojo y Azul
RandomRojo era ella por el color de su cabello, Azul era yo por el color de mis ojos. Rojo y Azul, al combinarlos surge otro cálido color, uno que sin quererlo me llenaba de alegría, porque para mí era como la fusión perfecta entre ella y yo.