¿Te has preguntado cómo sería nuestro mundo con magia? Tal vez la realidad sea muy diferente a lo que imaginas... Ooh los demonios están aquí y entre más los ves menos miedo te generas, más buenos te parecen. En comparación con los seres humanos dej...
- ¿Dónde están esos reportes, Itzé?" Le pregunté francamente, ya enojado.
- ¿Por qué te interesa ahora? Esos archivos se desechan. - Dijo sin el mínimo de interés mientras estaba sentado en su escritorio, viendo papeles.
- ¿Cómo que se desechan? - Mi tono se volvió más amenazante.
- Aaagh, escucha, esos archivos son basura. No nos interesan esas fallas, si guardáramos todos esos inútiles informes, tendríamos una torre llena de ellos. - Volvió su atención a sus papeles, dejando claro que no le importaba la discusión.
- ¿Qué tipo de fallas no nos interesan? - Estaba cada vez más intrigado con todo esto.
- ¿Por qué no mejor regresas a coquetear con la señorita? Mañana es la siguiente cena y no tengo tiempo para tonterías. - Las puertas del estudio se abrieron a la par de sus palabras, indicando sutilmente que me largara.
Salí de regreso a la biblioteca, ‹‹Tengo que calmarme antes››, me dije a mí mismo mientras me dirigía a la cocina para servir las bebidas y tener un respiro.
La conversación con Itzé había sido frustrante y confusa. Sentía que había más detrás de sus evasivas respuestas y su actitud indiferente. Mientras me sumergía en la rutina de preparar las bebidas, no podía evitar preguntarme qué secretos ocultaban esos reportes y por qué eran tan insignificantes para él. Quizás las piezas del rompecabezas se unirían pronto, pero por ahora, solo podía concentrarme en la tarea a mano y esperar a que la siguiente cena revelara más sobre los enigmas que rodeaban la mansión.
Después de haber revisado por completo la biblioteca y no encontrar nada, volví a mi asiento, ‹‹Basta, seguramente lo imaginé... o me convertí en una médium. ›› Intenté enfocarme nuevamente en mi lectura, pero en un breve momento, levanté la mirada hacia la pared frente a mí, y ahí estaba: una puerta, simplemente de la nada, como si el Herz estuviera jugando conmigo.
- Caerleon... - escuché mi nombre, acompañado de esa pequeña sinfonía, llamándome una vez más.
- Está bien, no tengo la suficiente imaginación para esto. ¡Izan! - llamé, esperando que apareciera justo en ese momento. Pero nada, no había señales de él. - ¡Itzé! - traté con mi última esperanza, pero tampoco apareció. - ¡Demonios!
Mientras estaba dentro del territorio del Herz, los Servers podían escuchar cuando los llamaban, sin importar qué tan lejos estuvieran. Siempre llegaban en el momento preciso de la última letra de sus nombres. Y, de hecho, podían escuchar cualquier cosa que ocurriera dentro del Herz. Pase a tener una disputa conmigo misma de si entrar o no, pueees, ‹‹voy a entrar.››
Cruzando la puerta había unas escaleras y subiendo cada escalón más fuerte se escuchaba la sinfonía. Era una de las torres del Herz, al parecer. Al llegar a la cima, me encontré en un gran salón, y al fondo...
- Ooh maldición, es el Moratt.
El gran Moratt, el guardián de la paz del país se alzaba ante mí. Era un árbol de menos de 4 metros de altura, con ramas y tronco delgado, sus pocas hojas brillaban con un fuego azulado que, en vez de quemar, congelaba.
Un escalofrío recorrió mi espalda. - Me voy. - y casi me doy la vuelta para regresar por donde había venido, pero algo me detuvo. Una voz susurró en mi mente, "No..." decía, y junto a ella, las llamas del Moratt crecieron hasta casi tocarme.
- ¡Mierda! - Me tiré al suelo y cubrí mi cabeza mientras las llamas rugían a mi alrededor. Cuando cesaron un poco, me levanté con el corazón acelerado. - ¿¡Qué es lo que quieres de mí!? - pregunté en voz alta, aunque suponía que la voz provenía del propio Moratt.
La sala estaba en silencio, solo el crujir del fuego azul rompía el ambiente. Pero entonces, un grito intenso y ronco retumbó en la habitación: - ¡NOOOO!
La voz del Moratt me golpeó con un odio y una furia inexplicables, como si usara sus últimas palabras para transmitir un mensaje de advertencia o desafío. Mi corazón latía con fuerza mientras intentaba comprender lo que estaba ocurriendo. ¿Qué quería decirme el Moratt con semejante demostración de hostilidad?
Sus llamas bajaron más, así que me acerqué cautelosamente, a solo unos tres metros. Extendiendo mi mano hacia el Moratt. ‹‹Sus llamas...›› Pero, para mi asombro, no sentí las congelantes llamas como relataban los libros, ni el calor abrasador que esperaba. La extraña sensación de querer acercarme más y más me embargó, desafiando toda lógica. Sin pensarlo dos veces, me aproximé aún más.
Mis dedos finalmente tocaron su tronco, y en ese instante, una luz deslumbrante me envolvió por completo. La escena se volvió un torbellino de color y energía, mientras el Moratt parecía cobrar vida ante mis ojos.
De repente, sus llamas se extendieron de manera imponente, lanzándome con fuerza hacia la pared del fondo, quedando a solo unos pasos de las escaleras que me habían guiado hasta aquí.
Aturdida y desorientada, intenté asimilar lo que acababa de ocurrir. La voz del Moratt aún resonaba en mi mente, su grito intenso y ronco me llenaba de interrogantes. - No los dejes llegar aquí...
Mis sentidos se nublaron mientras el eco de esas palabras retumbaba en mi mente. La oscuridad me envolvió como un manto, dejándome en un abismo de incertidumbre.
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Nota del autor:
Espero se encuentren bien hoy y como siempre, me encantaría saber lo que piensan. ¿Que les pareció esta parte de la historia? Les causó suspenso? Ya verán lo que se viene...
No olviden comentar y votar <3 ¡Que tengan un lindo día hoy!🌟
