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La madera quemándose en la chimenea era lo que se escuchaba de fondo en aquella discusión

—Pero pastelito... Nuestra bebé...— el rostro de desesperación era notable

—No me llames así y no hay ninguna bebé... No mía — el rostro fruncido era el reflejo de que estaba acabada — ese bebé es de Higurama, lo sé y lo sabes

Quizás poner límites era lo que lo había llevado a su fin

—¿Estás seguro? — la rubia pregunto cambiando su tono de voz, paso de uno suave a uno más grave

—Seguro, quiero que te largues de mi casa y te lleves tus cosas— el rubio se dio la vuelta y comenzó a fumar un poco

—Bien... Quieres tratarme como la villana pues seré la villana— tomo uno de los cuchillos de la cocina y sin dudar camino con velocidad para enterrarlo un par de veces en su estómago con demasiado coraje

Después montaría alguna escena y ya sabía a quién decirle que se culpará por ello

...


Se escuchaba el tic tac del reloj en una de las muñecas de aquel par hablando

Había tensión

Pero las pláticas incómodas son necesarias

—¿Paris? — el tono de voz era uno lleno de confusión — una semana en ¿París?

El de la cicatriz asintió — solo una semana y por favor... Cuida de ella lo que reste

—¿De qué está hablando señor Toji? — Suguru lo miro con una expresión de duda— ¿Cómo que lo que reste?

—Chicos ya es hora— Satoru los interrumpió, ambos estaban escondidos en la cochera de aquella enorme casa, esperaban que Alizeé se fuera y que Miwa llevará a cabo su plan

Los tres comenzaron a subirse las escaleras hacia la casa principal y se encontraron con Kore escondida detrás de la puerta

Miwa al parecer había logrado el plan de hacer que la mucama que cuidaba de la oficina de Alizée se cayera y le impidiera cuidar de esa habitación

Al parecer logro desmayarla con métodos poco éticos y con la promesa de que no sería despedida

Kore corrió a apagar las cámaras por un momento y se dirigió a aquella oficina

Toji, Suguru y Satoru la siguieron, subiendo las costosas escaleras de mármol blanco y entrando a la habitación más alejada entre un largo pasillo con puertas grandes

Al abrir la puerta, la castaña revivió ciertas cosas que creía olvidadas, desde su madre golpeándola por primera vez hasta la vez que se la insulto por estudiar psicología. Los gritos y las ofensas seguían ahí, marcadas en su piel y en su corazón aun si ya habían pasado muchos años

Al parecer esas heridas le dolían, pero debía ignoraras si quería investigar lo que necesitaban — Bien Suguru ¿Dónde está la puerta que dices?

El azabache asintió y se tiró al piso, buscando la rendija que dejaría ver aquella puerta, sus dedos tocaban con atención el piso de madera hasta que encontró un punto hueco, sabía que era esa— Necesitaré ayuda para moverla

Entre Suguru y los otros dos hombres presentes ahí, comenzaron a jalar la puerta como podían

Al no poder, Toji suspiro y con fuerza comenzó a estrellar sus puños en la madera tan dura que cubría lo que sea que fuera aquello

Dejo a todos sorprendidos, pero al parecer su método tuvo éxito

La puerta se abrió

Cantidades impresionantes de cajas los recibieron

Lurk- Toji FushiguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora